@D.V./ La decisión está tomada y los 22 trabajadores del polideportivo municipal de Can Coix empiezan este sábado una huelga que se pretende indefinida. Lo último que cobraron fue media nómina del mes de agosto, han tenido que soportar las promesas incumplidas por parte tanto de la empresa concesionaria, Serprosport, como del administrador concursal, que les aseguraron que el pasado 30 de noviembre cobrarían lo que se les debe. El anuncio realizado este viernes por el Ayuntamiento de Sant Antoni de que iniciará los trámites para terminar su relación contractual con Serprosport y recuperar la gestión de Can Coix tampoco ha servido para que se desconvoque el paro.
“Después de tanto tiempo, los trabajadores ya estamos muy cansados” comenta el representante de los trabajadores de Can Coix, Gonzalo Irastoza, quien ha urgido al Ayuntamiento para que se haga cargo de la situación ya que los trabajadores se encuentran en un limbo laboral: la empresa Serprosport está en concurso de acreedores y los 30.000 euros mensuales que recibe mensualmente del Ayuntamiento por la gestión del polideportivo van a parar directamente al juzgado, sin que los trabajadores vean ni un euro.
“Anímicamente estamos destrozados”
Este viernes los trabajadores han pegado carteles reivindicativos en la entrada del polideportivo y han informado a los usuarios que la instalación permanecerá temporalmente cerrada a partir del sábado. El ambienteha sido tenso y algunos de los trabajadores no han podido contener las lágrimas.
“Aquí muchos aguantamos con medicación y tomamos pastillas para dormir porque esto nos está destrozando los nervios” comenta muy afectada Esther Rueda, quien se manifiesta harta de “falsas esperanzas y mentiras”. Otra trabajadora, Cora Borrell, relata que tanto ella como su marido trabajan en Can Coix y que su situación económica es muy complicada. Sin embargo, la experiencia más dramática la vive un trabajador que ha pedido mantenerse en el anonimato: “No llego a final de mes, no tengo para vivir, y ha sido un usuario de la piscina quien el otro día me dio dinero en metálico y me dijo ‘toma, para que pases las Navidades’”.
Este trabajador relata que tuvo que llevar su vehículo al taller y que unos amigos le han tenido que pagar la reparación y que, básicamente, vive del dinero que le prestan sus amigos: “Con lo lento que va todo este proceso, quizás no pueda empezar a cobrar el paro hasta el mes de febrero, y yo no puedo aguantar hasta febrero en esta situación”.
Veintidós trabajadores, veintidós personas sin cobrar y en una situación límite. “Sólo pedimos que nos den lo que se nos debe y luego si hay que liquidar esto, que se liquide y poder tirar el paro, pero que se acabe esta pesadilla ya” comenta una trabajadora.