Pitita
El lunes pasé la mañana pensando en Pitita Ridruejo. Esto de que se fuera la luz en las dos islas pitiusas me pareció de lo más extraño. Bueno, no sólo se fue la luz, el teléfono también se fue y en casa incluso el agua. Sin electricidad no va la bomba del pozo.
El caso es que el día era raro. Salí fuera y el campo estaba en absoluta calma, demasiada calma. Ni un perro ladraba, ni un pájaro piaba, no corría ni una leve brisa, ni hacía sol, ni las nubes eran muy nubes. Parecía que se había parado el mundo. En ese momento me vino a la cabeza una frase de Pitita “A mucha gente no le conviene que llegue el Apocalipsis”.
Mientras barría el jardín, le di vueltas al tema. ¿Y si esto es el Apocalipsis? Pitita dice que está al caer. A mí, a estas horas, desde luego que no me conviene nada que llegue. Tengo un montón de cosas por hacer. Se me han quedado los cacharros sin fregar, una lavadora a medio poner, se me va a descongelar todo lo de la nevera, estoy sin ducharme y con unas pintas espantosas, en fin, que hoy no me viene bien en absoluto. Esto de que venga así de pronto, por la mañana, sin avisar, no sé, no me parece correcto. No encuentro que este sea el momento ideal, la verdad.
¿Y si esto es el Apocalipsis? Pitita dice que está al caer.
Según Pitita, lo del Apocalipsis, es porque “¡Esta era es el desastre padre!”. Ahí tiene razón, está todo manga por hombro, es una chapuza. Que de pronto se queden dos islas sin electricidad, por no sé qué de un interruptor, me parece tan precario, tan frágil, tan de andar por casa, que hasta me los imagino haciendo un empalme con cinta aislante del todo a 100 intentando arreglar el apagón “¡Manolo, dale al interruptor a ver si ahora ya va esto!” Ya digo, una chapuza
Iban pasando las horas y la luz seguía sin venir. Entre la calma y el Apocalipsis, me empezó a entrar un agobio tremendo. Me empecé a angustiar. Busqué un viejo transistor que tenía guardado, busqué pilas y, por último, busqué un sitio de la casa donde poder pillar alguna emisora. Aquí donde vivo, la radio no se sintoniza así como así. Finalmente encontré una emisora que hablaba. Hablaba de cosas de la Península, no decían nada del apagón pitiuso, pero al menos supe que la gente del mundo exterior seguía viva y parecían tranquilos. Tampoco decían nada del Apocalipsis, así que respiré aliviada.
Encontré una emisora que hablaba. Hablaba de cosas de la Península, no decían nada del apagón pitiuso, pero al menos supe que la gente del mundo exterior seguía viva y parecían tranquilos.
Me di cuenta de que sin electricidad se piensa mucho. Pensé en el lío que habría en los hospitales. Pensé en que ahora, tal y como está todo montado, sin electricidad no se puede hacer nada: ni sacar dinero, ni comprar en el super, ni echar gasolina.. Un caos total.
Pensé en lo básico que es internet para la vida que llevamos. Mi primera reacción fue ir al ordenador para enterarme de qué estaba ocurriendo, pero claro, no era posible sin corriente.
Pensé en lo triste que sería que me pillara el Apocalipsis sola en casa. Por eso, ya puestos, casi prefiero que venga un día por la tarde que solemos estar todos.
Y volví a pensar en Pitita, en los grandes momentos que nos da, en sus frases maravillosas. Contaba un día, que hizo un curso de levitación con dieciséis señoras y unos maharashis indios y confesaba feliz “Al segundo día levité”.
Al segundo día levité… en ese instante, a pesar del apagón, vi la luz: Ella liada con que si levita, que si no levita, y yo aquí liada con que si friego o dejo de fregar. Voy a tener que organizar mi vida antes de que venga el Apocalipsis ese. ¡No quiero que me pille sin haber levitado nunca! ¡Me encantaría levitar! ¡Levitar como una loca! ¡Levitar como Pitita!
Susana eres genial, ¡siempre me haces reir!
Susana eres genial, ¡siempre me haces reir!
Gracias, Puri. No sabes lo que me alegra hacerte reír. La vida a veces es tan seria que no hay nada como tomarla un poco a coña.
Gracias, Puri. No sabes lo que me alegra hacerte reír. La vida a veces es tan seria que no hay nada como tomarla un poco a coña.
Es curioso que hace unos días llegue a casa y no habia luz. Tuve las mismas sensaciones tuyas, aunque no caí en lo de Pitita y me fuí más a la «Gerra de los Mundos»
Es curioso que hace unos días llegue a casa y no habia luz. Tuve las mismas sensaciones tuyas, aunque no caí en lo de Pitita y me fuí más a la «Gerra de los Mundos»