@L.Aversa/El Ayuntamiento de Ibiza prevé instalar en la plaza de sa Graduada «un emplazamiento que recuerde que en ese lugar estaba la primera escuela pública graduada de la isla de Ibiza». El Consistorio todavía no sabe cómo será este «recordatorio», pero ha señalado que se estudiarán «todas las opciones».
Este será el único vestigio de la escuela construida en 1934, en la Segunda República, por el arquitecto Guillem Forteza, cuya primera fase de demolición, la correspondiente a la parte más antigua, y que corre a cargo del Ayuntamiento de Ibiza, concluirá hoy.
Es un proyecto de derribo que sigue teniendo voces en contra, como es el caso del arquitecto Salvador Roig, que ayer presenciaba con indignación las obras de demolición del edificio.
«Es más fácil arrasar»
Roig ha recordado que sa Graduada era el ejemplo «más emblemático del Plan de Infraestructuras Educativas de la República», cuyas obras fueron dirigidas por Guillem Forteza, uno de los arquitectos de «mayor prestigio de nuestras islas» y cuya obra de arquitectura escolar se puede comprender a través de la tesis del arquitecto Jaume Mayol.
Según ha recordado, sa Graduada era una obra «emblemática» que se levantó durante la Repúlica, «ante la falta de escuelas y con una convicción político y social de potenciar la enseñanza», por lo que era la escuela por «antonomasia» de la ciudad.
Para Roig, el mensaje que lanza su derribo «es absolutamente negativo porque si la administración, que tiene la obligación de proteger el patrimonio, derriba uno de los ejemplos más emblemáticos, cómo los ciudadanos no vamos a derribar una casa payesa», ha cuestionado el arquitecto.
También Institut d’Estudis Eivissencs (IEE) siempre se ha mostrado en contra de la demolición, y en su momento la asociación de padres y madres de sa Graduada. El Partido Popular frenó el derribo en 2006 cuando estaba al frente del Consell de Ibiza al tramitar su declaración de Bien Catalogado (BC), una protección que fue tumbada en 2010 por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Nº1 de Palma, a raíz de un recurso del Ayuntamiento de Ibiza. La sentencia que permitió el derribo nunca fue recurrida.
La jueza que instruía la causa consideró que «por encima de su valor arquitectónico se encuentra el interés general».
Roig ha insistido en que se podría haber mantenido la parte más antigua del edificio para incorporarla al proyecto de los Juzgados de Ibiza que se edificará en el solar. «Pero es más fácil arrasar», ha señalado el arquitecto.
Ahora, el único vestigio será un recordatorio de la antigua escuela, al que el Ayuntamiento de Ibiza aún debe darle forma y lugar.
Tocate los…
¿Y estos se llaman progresistas?
Que pongan una foto de los que aprobaron tirarla para abajo, para que nos acordemos de ellos para siempre.
Cosa más fea…
Gracias Guanyem, gracias PSOE por arrasar con nuestro patrimonio ¿para eso os votamos? una escuela de la IIª república y que estaba bien y que con poca inversión al menos se hubiese podido conservar la entrada principal. Sin duda, me habéis defraudado
El edificio para mi tiene poco valor. Pero una escuela en esa zona es igual o más necesaria que en 1934. La única escuela cercana a Dalt Vila es la Consolación, y además de ser concertada, está hasta arriba.
La verdad es que destrozar destrozan muy muy bien, tanto bienes inmuebles como semovientes…
Han derribado un edificio en mal estado y no podía aprovecharse. El mejor recuerdo es la memoria de cada persona. Ya está bien de mantener edificios en ruinas, hay que aprovechar el poco espacio que tiene la ciudad de Ibiza para progresar. El tiempo dará la razón.
Ja mein Führer !!!!
Muchas gracias por establecer la nueva directriz.
Habla con delegación Madrid.
Alli empecinamiento aleja multimillonaria inversión china… Alli empecinan en mantener fachada inmenso cachibache en desuso.
Vielen dank mein führer….
Que sería de nos sin vos.
No me he reído ni nada cuando el chino ha dicho que si tanto les gusta el edificio que lo reformen ellos y se ha pirado. Además que el chino sí que quería mantener la fachada, estaba dispuesto a reconstruirla piedra a piedra pero el Ayuntamiento le dijo que no, que tenía que estar la fachada en pie en todo momento.
Que lo reformen ellos y lo dediquen a alquiler social. A ser posible con su dinero.
A mi me causa honda preocupación esta cosa que se viene a auto denominar «nueva política» que, desoye a ciudadania y matacabras, condena escraches en propias carnes pero los alienta en las ajenas, pretende ideologizar hasta a los niños, hace de la incongruencia seña de identidad, eleva la incoherencia a limites de indecencia etc etc etc. y… tiene un monton de palmeros en cola.
Ein volk ein führer!!!!!
Es verdad, es mucho mejor la Vieja Política: esa que hace cola en los Juzgados y trufa de cuentas bancarias el caribe y los valles helvéticos. Es lo que se llama «estabilidad». O en roman paladino: dejad que sigan mintiendo los de siempre, caramba.
Buenas tardes, por cierto.
Luis, la vieja politica a la que te refieres esta repleta de indeseables que uno detras de otro van a ir siendo juzgados, condenados y a prisión.
Los carroñeros de la nueva política, sin haber entrado ya muestran la patita… nepotismo, financiación, chanchullos varios, doble moral, doble vara de medir… Y amplio etc.
Los paises de referencia estan depauperados y con corrupción hasta via trafico de drogas.
No me vale tu argumento.
Contra la corrupción mejor que peor aunque seguro que se puede hacer mejor, se lucha… tu mismo señalas.
Ahora bien…. como lleguen estos …. Sieg heil!!!! Y chitón.
Buenas tardes por cierto.
Es cierto, que la escuela la mandó hacer la II República, pero fue la dictadura franquista, con su política nacional-catolicista, lo que en ella se impartió, y no fue sólo hasta la muerte del régimen, sino más allá, como corresponde a una región ultra periférica y atrasada, donde todo llega con muchos años de retraso con respecto al resto del Estado. El franquismo continuó impartiéndose en “La Graduada” hasta casi los años 80 del siglo pasado. Por lo menos así era en 1978, cuando yo salí de allí. Y eso era así, simple y llanamente, porque no cambiaron a los “maestros”, y los pongo entre comillas, porque en lo único cierto, en lo que eran maestros, era en maldad. Los “Don Manolos”, “los Don Marianos”, y las “Doñas”, dejaron una huella marcada a fuego en todos los que tuvimos la desgracia de conocerlos. Esa gentuza, católicos, ultra conservadores, afiliados a la Falange, y partidarios de que “la letra, con sangre entra”, y que “lo que se necesita es disciplinar a los niños, para que de mayores no se atrevan a levantar la voz contra el régimen”, enseñar, enseñaban poco. Los maltratos que yo mismo presencié a lo largo de mi estancia en esa institución, se evidenciaban ya en preescolar, donde la “maestra” ponía a los niños al derredor de grandes mesas redondas, donde tenían que estar callados. Si algún chiquillo reía, o gritaba, automáticamente era dado de azotes, hasta que se hartaba. Pero si por desgracia el niño, además del consiguiente llanto, vomitaba, entonces era peor, entonces lo echaba en el suelo, y le ponía la cabeza en el vómito, a la orden de “no te levantarás hasta que te lo comas”. Y así era, no se levantaba hasta que se los comía. Eso era cotidiano.
Y así se empezaba. Pero lo peor era el director: D. Manolo. El sólo hecho de decirle a un niño, que iban a llevarle a su presencia, conllevaba invariablemente que el niño, empezara a temblar de pies a cabeza, y hasta se orinase encima, de puro terror.
Un conocido, que regentaba un negocio al que yo acudía a proveerme cuando trabajaba, y con el que había coincidido en esa etapa, me dijo un día: “¿Sabes quién se ha muerto?” No –le dije– “D. Manolo” – me respondió, con una gran satisfacción, y añadió – “Hoy, es el día más feliz de mi vida”.
Yo conocí bien a D. Mariano. D. Mariano, no sé qué coño hacía por las noches, quizá estaba pluriempleado, porque cobraban poco, pero por las mañanas el hombre solía estar muy cansado, así que aprovechaba muchas veces para dormir en su sillón durante la clase. En teoría daba matemáticas y ciencias naturales. Pero no es eso lo que enseñaba. Enseñaba disciplina. D. Mariano, tenía muy mal despertar. Cuando el ruido que producían 60 niños pequeños, sin nada que hacer durante horas, le despertaba, se solía levantar de un brinco, y pasando por entre las filas de pupitres repartía a diestro y siniestro capones con el puño cerrado en el que sobresalía el dedo corazón, a modo de ariete, y que descargaba con furia sobre las cabezas de los infantes, al tiempo que solía repetir “Estos cabroncitos…” “Ya os enseñaré, yo, ya…”, “ya os enseñaré”.
Había un niño, –no hay que olvidar que éramos niños– que gustaba de hacer gamberradas. Tonterías, que solían consistir en capturar una mosca y metérsela en la boca. Luego sacaba la lengua, y allí estaba, en la punta. Estas tonterías, como éramos niños, nos hacían reír. Pero la risa, no era bien recibida por D. Mariano. A Don Mariano, no le gustaba que los niños riesen. En clase había que estar como en misa. Naturalmente, aquél que provocaba la risa, era el mal personificado a los ojos de D. Mariano. Así que solía castigarlo más duramente que a los demás. Pero el niño, era un rebelde. No escarmentaba. Así que, un día, D. Mariano se hartó, y cuando el rebelde volvió a hacer de las suyas, se fue para él, lo cogió por las orejas, y así, lo extrajo del pupitre, que estando como estaban en filas de a dos, hizo que tuviese que pasar por encima de las mesas hasta llegar al pasillo. A rastras por el suelo, lo llevó, hasta la parte de delante del aula, en donde había más espacio. Y empezó a pegarle, mientras le decía de todo. Le pegaba, con los puños cerrados, por la cabeza, por las costillas, por los huevos; al principio el niño se resistía, luego ya no. Totalmente descamisado, se encogió en posición fetal en el suelo. Entonces empezaron las patadas. En fin, al cabo de varios minutos, el niño ya no se movía. D. Mariano, bufaba y resoplaba, visiblemente cansado. Empezó a decirle a grandes gritos, que se levantase, pero el niño no se movía. Tras insistir varias veces, y en vista de que ni se movía, ni decía nada, lo cogió por el cuello de la camisa, y arrastras, como un muñeco roto, lo sacó de la clase. Nunca más volvimos a verlo.
¿Qué se hizo al respecto? Desde la escuela, nada. D. Mariano, como todos los demás “maestros”, continuó como si nada, exactamente igual, hasta que se jubiló. Nosotros, los niños, hicimos algo. Algunos, dijeron, que esto no se podía tolerar. Dijeron, “somos niños, y no nos pueden tratar así”. Y quedaron en hacer una sentada, como protesta. Quedaron, en que llevarían muñecas, que representasen la condición de niños, y un día, cuando terminó el recreo, la consigna era, sentarse en el suelo. Yo participé. Tomamos el patio. Nos repartimos por todo el patio, sentados. Los que llevaban muñecas, las mecían entre sus brazos. El resto de niños, ignorantes de lo que pasaba, ordenados en filas, como era costumbre, fueron a sus respectivas aulas. Nos quedamos solos. Nos mirábamos. Teníamos miedo. Pero aguantábamos. Sólo se quedaron los maestros, hombres y mujeres. Y D. Mariano. Los demás, se reían de él, le decían “los niños se te rebotan”. Le estábamos dejando en ridículo. Enrabietado, empezó a pasar por entre nosotros, gritándonos que nos levantásemos, y estirándonos de la ropa. Cuando conseguía así levantar alguno, éste volvía a sentarse. No conseguía que dejásemos nuestra sentada. Pasó el rato. Aquella situación, no podía durar mucho. Finalmente, D. Mariano, se hartó. Su solución definitiva, fue la que solía, empezó a repartir capones en la cabeza a diestro y siniestro, al tiempo que decía que “si no os levantáis vais a ser todos expulsados”. Ante aquello, finalmente desistimos. Las muñecas fueron requisadas. No se tomaron represalias. Era 1976, Franco hacía tiempo que había muerto, y España iniciaba lo que se conoció como la transición.
Que no me vengan con cuentos. ¿La Graduada? Cuando salí de ella con 15 años, casi no sabía escribir. No me enseñaron nada. Los cursos se pasaban sin necesidad de estudiar, y sin que las notas sirviesen para nada. Ni siquiera las pedían. Cuando te entregaban aquellas cartulinas, amarillas o verdes, podías llevarlas –yo lo hacía– durante meses en la cartera. Lo único que tenían en cuenta era la asistencia. Lo demás no importaba.
Las aulas estaban estratificadas, a imagen y semejanza del “orden social” imperante. En la parte de delante, en las primeras filas, se sentaban año tras año, “los enchufados”, así eran conocidos. Eran estos, los hijos de los hombres de negocios de la llamada clase media. Sus padres, se cuidaban de que el maestro siempre recibiera un regalo, que era entregado por el hijo en el aula –de ahí lo de enchufado, o pelota–. Estos eran los únicos, a los que el maestro, prestaba atención, y cuidaba de que aprendieran. Tras las primeras filas, se sentaban los hijos de la clase obrera. Con ellos nunca tenía un detalle de maestro. Nunca les hacía salir al encerado, nunca les preguntaba la lección. Como si no existieran, salvo para “recibir”. Pues eran los que siempre “recibían”. A los “enchufados”, jamás se les tocaba un pelo. Todo era para con ellos educación y buenas maneras.
Y esta forma de hacer, no era casual. Era la “visión” del régimen fascista, de lo que debía de ser, y para lo que tenía que servir la escuela pública. A saber:
De la escuela pública saldrán dos tipos de personas, los primeros, serán los hijos de los que han demostrado iniciativa, los que han conseguido dinero a base de esfuerzo, y los cuales regentan las empresas del sector servicios. Como premio, sus hijos, si se aplican, conseguirán llegar a la universidad, pues su padre –la madre estaba en casa– tiene el dinero para costeársela. Los segundos, son los hijos de los obreros. Sus padres, no tienen dinero para que sus hijos puedan ir a la universidad, luego ellos serán los que realicen las funciones de obreros a su vez.
Las becas, entonces eran escasas. Y se reservaban, para precisamente las personas que podían permitírselo. No para las que no podían.
Al margen, quedaba la escuela privada. En ella, estudiaban los hijos de los notables. Las personas más pudientes. De ellas tenían que salir, los cuadros que dirigirían el país. Para ellos, todas las facilidades administrativas. Cuanto más tenías, más fácil era, cuanto menos tenías, más difícil.
Una vez, ya siendo mayor, un hombre hecho y derecho, le conté el orden social a uno de los que se contaban entre los “pelotas”, que me contaba, cómo siempre le daba su padre el regalito para el maestro, cuando llegaba su santo o así, el cual, me discutía que no, que lo que yo decía, no era así. Claro, la cosa cambiaba mucho de ser de una clase social a otra. Y por tanto la “experiencia” de la escuela, variaba entre unos y otros.
Pero sin embargo, los objetivos que se buscaban, en Eivissa hasta el final del franquismo, fueron en “La Graduada”, clasistas, y sexistas. Sencillamente, “perros viejos, no aprenden trucos nuevos”. Aquellos “viejos maestros”, no sabían hacer las cosas de otro modo. Separados en dos pisos, las niñas –abajo–eran preparadas para ser amas de casa, entregadas a su marido y a sus hijos, y en la primera planta, los niños, eran preparados para cumplir con las necesidades sociales del régimen: cuadros de mando intermedios, y clase obrera. Esto fue así, hasta prácticamente la llegada de los años 80 del siglo pasado.
¿Y qué pasó con lo ocurrido hasta entonces? Pues fue arrumbado. Almacenado de cualquier manera en habitaciones que no se usaban, donde se llenaron de polvo. Una vez, en los años 90, me acerqué a la escuela, y pregunté si podía consultar mi expediente académico. “¿Expediente académico?” –Me respondieron– “No, no, aquí no hay expedientes académicos anteriores a 1980, sólo hay montones de papeles guardados sin archivar, pero poca cosa, y no se pueden consultar. Pero vaya, tampoco nada que valga la pena, la foto del alumno, su tiempo de paso por aquí, y poco más, no encontrarías nada”.
Eso fue lo que se hizo. Nos han borrado de la Historia, como si nunca nada malo hubiese ocurrido. Un expediente sin archivar, cargado de polvo, y arrumbado en algún trastero. Por eso, yo tenía interés en que alguien se ocupase de aquellos papeles, porque cuentan muchas historias, que vale la pena no olvidar.
Por todo ello, de Sa Graduada, como otros muchos ex alumnos, no guardo un buen recuerdo. En lugar de corresponderse las siglas CP a las de “Colegio Público”, para mí más parece que se correspondan con las de “Centro Penitenciario”, donde de preescolar entrabas llorando y arrastras, y de mozalbete, salías escarmentado. Allí lo que aprendimos muchos, es la conveniencia de bajar la cabeza, y pasar desapercibido.
Sí, está bien que pongan una placa. Para que nadie lo olvide. Será lo único que quede como testimonio de los continuos malos tratos y humillaciones recibidas, que iban desde en preescolar hacerles comer los vómitos a los críos, o bien, de párvulos, meter a los niños en el “cuarto de los ratones”, el trastero con el que contaban todas las clases, con el interruptor de la luz afuera, donde se metían a los niños durante toda la clase, a oscuras y encerrados con llave, hasta ya en etapa de Escolar, a recibir palizas, o sufrir capones y golpes de regla de madera con los dedos juntos o en la palma de la mano.
No me enseñaron nada, aquellos “maestros”. Mi padre era un obrero, mi madre ama de casa. Mi papel en la sociedad ya lo tenían ellos fijado para mí. Para eso servía la escuela. A la mayor gloria de Dios, y por la patria.
¡Hijos de puta!, ¡Anda y que os den! ¡Cabrones!
Vamos a ver que no se si le entiendo bien… Vd. en el cole las paso putas ¿ no ?
No, yo en el cole pasé desapercibido. Los castigos los presenciaba. Yo y todos. Una persona, que es capaz de menospreciar tamañas monstruosidades, que hoy día sería penadas con prisión, simplemente, o bien es que es un psicópata, o bien un fascista. De lo cual hace tiempo que apuntas maneras. Si te recuerdo a alguien, evidentemente no soy un “amiguete tuyo”. Yo afortunadamente, elijo muy bien a mis amigos, y tú jamás podrías estar entre ellos. Me temo que tú te mueves dentro del ámbito de la judicatura. Ya te dije en otra ocasión, que espero que no seas un funcionario público, y estés utilizando tu tiempo y tu equipo de trabajo para comunicarte. Porque son mi tiempo y mi equipo. Y también te dije en otra ocasión, que parece mentira que hayas recibido una educación, porque tienes muchas faltas de ortografía.
No me caes bien, eres un chulo, un prepotente, y hueles a fascista que tumbas de espaldas. Desprecias a todo el mundo que no piensa como tú, y utilizas este foro para pavonearte y ridiculizar a los demás. Te aprovechas de que aquí, se permite a todo el mundo sin censura alguna. Abusas de la confianza. Te expresas aquí, porque en otras partes no te dejan. En cualquier otro foro, de medios de información, donde se advierte de que los comentarios están sujetos a moderación, etc. No podrías verter tu mierda.
Jo, te has retratado a modo…
De sus hipotesis… no has dado ni un na.
Que vd. ose hablar de fascismo faltando de esa manera y aplaudiendo que en tal o cual lugar no me dejasen expresarme creo que deja claro quien es el facha… pero imagino que vd es cool y yo rancio… Lo que da de si el simplismo sectario!!!!
Me alegro pueda expresarse aunque sea para soltar improperior y faltar gratuitamente.
Lamento no podamos jugar juntos a las canicas.
Le intentaba transmitir que gracias a Dios no todos somos iguales, aunque algunos se empecinen en establecerlo asi, y que yo tengo constatado que diferentes personas que fueron a identicos centros en el mismo momento vivieron esos tiempos de diferentes maneras.
Y que todos los momentos en diferentes entornos tuvieron factores comunes y elementos diferenciadores.
Y que unas vivencias traumaticas en ocasiones, no siempre, buscan explicaciones erroneas en base a prejuicios inmensos.
Pero me da que dialogar o discutir con vd. no va a conducir a nada.
Eso si, para su tranquilidad, estoy en mi tiempo libre y con medios propios… y relajese, las infusiones de valeriana podrian ayudar.
¡Amén! (Y disculpe mi vocabulario).
Por lo que veo hay algo universal, que aqui aderezamos con nuestra historia.
Entre mis 45 compañeros de clase, cosas del baby boom, habia de todo.
Hijos de dueños de tienda, de empleado de cine, de médico, operario de fábrica, muchos de agricultor y otros de ganadero… que casi venia a ser lo mismo.
Las percepciones de lo vivido en aquella infancia ya lejana son dispares, que si que majo tal o que cabron cual… Abunda de todo.
Algunos culpan al franquismo, yo a este aqui por lo de las hostias «no le culpo», que anda que no se daban hostias a modo y con método en el muy muy democrático Reino Unido, en Holland o hasta en la revolucionaria Francia.
Pink Floiyd the wall …. Cero tio Paco je je.
Era una época en donde abundaba la hostia global y la falta de color.
La falta de color aqui era más acentuada, bueno, solo habia un color el gris.
Pero conozco guiris que sin Franco mantienen recuerdos escolares igualmente traumaticos en donde otros, con o sin Franco, mantienen recuerdos la mar de divertentes.
Osea, hay que mirar padentro antes de mirar pafuera.
Saludos y que Dios os bendiga XD…
Alderaan me recuerdas a un amiguete de nombre José y de San Carlos el.
A mí me da pena que lo tiren, pero a día de hoy estaba completamente en ruinas, por fuera y por dentro. En su día deberían haberla reformado, pero creo que es normal que haya acabado así. De todas maneras, una buena idea sería construir otra escuela. Un ex-graduado, gracias Don Pascual, Doña Elodia, Doña Paquita, Doña Lourdes, Doña María, Don Agustín, y perdonen por los que me dejo.
D. Pascual y D. Agustín, no me suenan. No debemos de ser de la misma época. No creo, pues te refieres a profesoras. Cuando yo estaba, las profesoras daban clase exclusivamente a las niñas, pues había segregación de sexos, y los niños no conocíamos a las profesoras –al menos yo no– Sólo estábamos juntos en pre-escolar, donde sí había “maestras”. Yo sólo conocía a estos “maestros”. También estaba entonces D. José, que era hermano de D. Manolo, el director. Tenía igualmente fama de ser “muy malo” como se decía entonces, en referencia a la profusión de castigos que imponían. Pero añadían “no tan malo como D. Manolo”.
Tengo que hacer una corrección. El “maestro” del que hago referencia como D. Mariano. La memoria me ha jugado una mala pasada. No se llamaba Mariano, sino Juan. Sí ahora me acuerdo, era D. Juan, sin duda alguna. Pero tampoco lo mencionas, así que ya no debía de estar. Yo estuve en “La Graduada” desde 1966, hasta 1978. Más o menos. Como no conservo documentos, me tengo que fiar de la memoria. Creo recordar que entré con 3 años y medio, y repetí 8º de E.G.B. como muchos otros. Ya que los exámenes sólo empezaron a ser vinculantes para pasar de curso y graduarse desde séptimo. Así que los que no teníamos el hábito de estudiar, caíamos como moscas en la trampa. Pero fue para bien, pues el curso de 8º que repetí, ya no lo hice en “La Graduada”, sino en el Colegio Público de Can Misses, el cual tuve el placer de que se inaugurase con nuestra promoción. ¡Qué diferencia! Todos eran profesores jóvenes, bien formados y con ganas de enseñar. La experiencia educativa, fue como si el que siempre ha sido ciego, un día ve. Aquello era otra cosa. Fue una experiencia corta, pero muy positiva.
No consigo encontrar el dato, de cuando se inauguró el colegio de Can Misses, así que, me puedo equivocar en un año arriba o un año abajo, pero más o menos, por ahí andará la cosa.
Qué suerte tuviste, que ya habían cambiado las cosas cuando estuviste tú. Me alegro de que tuvieses una experiencia positiva. ¡Qué envida me dais! Imaginaos sin embargo la diferencia con las nuestras, cuando un ex alumno, se alegra de la muerte de un profesor, y la llega a calificar como “el mejor día de su vida”. Simplemente, no se me ocurre algo peor. Yo fui afortunado, no estaba en la clase de D. Manolo.
MI DESPEDIDA DE NOUDIARI.ES
Hace un par de años, más o menos, descubrí que en Eivissa, existía un medio de comunicación diferente. “Noudiari.es”, en el cual, las ideas fluían, las personas podían expresar libremente sus reflexiones sobre cualquier tema, y no solamente sobre los que los administradores quisiesen. Había una tolerancia enorme, y también había un respeto. Todo el mundo que durante este tiempo ha venido haciendo comentarios, lo ha hecho siempre sin ánimo de ofender a nadie, ni de faltar al respeto a nadie. Y si eso se ha producido, ha sido puntual, y no se ha vuelto a producir por parte de la persona que lo ha hecho. Todo el mundo, ha comprendido que este lugar, este foro, es singular, único en Eivissa. Y que una gran libertad conlleva la responsabilidad de conducirse con moderación y respeto al prógimo. Pero desde hace poco, esto ha cambiado. Ya no es así.
Desde hace poco, me encuentro con que alguien, que escribe con el Nick de “anda qué”, no utiliza este foro para comentar las noticias que aparecen, no. Lo utiliza, de manera sistemática y machacona, para criticar al que comenta. Así, no suele comentar un artículo en el que no haya comentarios, sino que espera a que alguien lo comente, para inmediatamente meterse con él. Cualquiera que no esté de acuerdo con sus ideas, es blanco de sus comentarios. Esto, inevitablemente, produce un efecto de, cuando menos irritación. Más de uno ya ha tenido que llamarle al orden en referencia a la profusión de insultos, y de su manera chulesca de conducirse.
Pero la cuestión, es que a mí, particularmente resulta que no me vale la pena mantener una confrontación con nadie, cuando comento una noticia en un diario. ¡Hombre! De tanto en tanto, se puede tolerar, claro; pero no de manera sistemática. Además, al leer los comentarios vertidos por ese señor contra cualquiera, como si de un pim-pam-pum se tratase, en todas y cada una de las noticias donde hay uno o varios comentarios de otros usuarios, produce en mí un hastío, y un cansancio, que evidentemente no tengo porqué tolerar.
Evidentemente, yo comento las noticias en Noudiari.es, porque leo Noudiari.es; si no voy a comentar nada, tampoco voy a leerlo más. No soy yo quien, para decirle a los administradores del diario cómo tienen que hacer las cosas. Yo no tengo que enseñar a un pez a nadar. Pero creo que se equivocan al no tomar medida alguna contra personas como esa, que no pretenden comentar una noticia, sino faltar al respeto, y humillar a cualquiera que comente algo, si no se ajusta a su forma de pensar.
Es su potestad. Sea, son muy dueños. Pero yo también lo soy de leerlo o no. También es mi potestad. No tengo porque aguantar que nadie me falte al respeto, desde la impunidad “pretendida” que ofrece internet, y con el beneplácito de nadie. Cuando leo un periódico, lo hago con la sana intención de mantenerme informado, y dado que se me brinda la posibilidad de comentar la noticia, lo hago. No leo un diario, pues, para pasar un mal rato, ni tener un disgusto, ni mantener un “pique”, ni tener “malos royos” con nadie. No lo necesito. Otros, se ve que hacen de ello su modus vivendi. Con su pan se lo coman. Ellos sabrán. Yo, hasta aquí he llegado.
Ha sido para mí un placer, compartir comentarios e impresiones, con vosotros. Gracias y SALUD. Cuidaos mucho. Recibid un abrazo libertario.
Me suena un poco a «seño que Juanito me pega, castigue a Juanito»…
Enfin, abrazo standard y tal… tampoco eran imprescindibles tantas palabras y no creo se vaya vd. al fin del mundo.
Fue un placer recibir sus improperios, los de este hilo le retrataron.
Lamento haberle defraudado no correspondiendole.
Agur