@Noudiari/Las fuertes lluvias registradas en Ibiza en la tarde de ayer y en la madrugada pasada, han provocado incidencias en el municipio de Santa Euària. La más importante, ha sido el vertido de aguas residuales en la playa de Cala Llonga, donde el departamento de Litoral y Playas ha decretado la bandera roja por precaución.
Según ha informado el Ayuntamiento de Santa Eulària, el volumen de precipitaciones superó la capacidad de las bombas de la estación depuradora que Abaqua tiene a Cala Llonga, motivo por el cual se derramaron aguas residuales a la playa. «La zona de arena se encuentra parcialmente inundada y se están haciendo análisis para determinar si las aguas grises llegaron al mar», ha informado el Consistorio.
Desde Santa Eulària han aclarado que la bandera roja no significa el cierre de la playa, «una medida más restrictiva y que necesariamente tiene que ir acompañada de medidas para informar de la situación», señalan. El Consistorio esperará a la evolución de las tormentas y a conocer la incidencia del vertido, para analizar la necesidad de adoptar esta decisión.
Las lluvias también afectaron al torrente que llega a la playa de es Canar, en el que se ha abierto un ancho canal en la arena, alterando la configuración de la zona de baño «pero sin ninguna otra incidencia».
Asimismo, otra incidencia ha tenido lugar en un estacionamiento privado de un edificio del núcleo de Sant Carles, que se inundó ayer por la tarde con unos 70 vehículos a su interior, una situación que demandó la actuación de los bomberos
También en Sant Carles se cayó un pequeño segmento de una cornisa, sin producir heridos, y el viento cortó un cable eléctrico en Cala Llenya.
Además, se produjeron dos pequeños incendios por los rayos, uno en Cala Mastella, que fue sofocado por la Ibanat, y otro en la zona de Jesús, que se apagó con la misma lluvia.
Las zonas de es Puig d’en Fita, Siesta y es Canar estuvieron sin alumbrado parte de la madrugada pasada, y en algunos tramos de la carretera de es Canar se acumuló agua formando charcos de grandes dimensiones que obligaban a extremar la precaución.
También se produjeron algunas inundaciones e invasión de barro y piedras en diferentes calles de es Puig d’en Fita y en Siesta, y cuatro árboles a diferentes puntos del municipio se rompieron o tuvieron que ser cortados por el riesgo que presentaban.