@Pablo Sierra del Sol / Paulo Henrique Ganso baila con el balón en los pies. Gambetea, filtra pases, amaga fintas y abre la goleada que el Sevilla le ha endosado esta tarde al Formentera. Nueve goles que evidencian el mundo que separa a ambas plantillas. El Formentera, que en 20 partidos de Tercera ha recibido solo nueve goles, ha caído en esta eliminatoria por un tanteo de 14-1. Entre el gol del fantasista brasileño, que abrió el marcador, y el de Ben Yedder, que cerró la cuenta, Vietto se anotó un hat-trick, Sarabia vio puerta por partida doble y el pequeño delantero francés hizo diana dos veces más. El hambre de los suplentes habituales del Sevilla, titulares hoy contra el Formentera, pasó como un ciclón por el Sánchez Pizjuán. Combinados con las perlas más prometedoras del Sevilla Atlético, que juega en Segunda, los palangana no le permitieron al equipo pitiuso ni siquiera el derecho a soñar.
Durante toda la primera mitad, los de Tito García Sanjuán apenas aparecieron un par de veces por los dominios de Soria, el portero de los andaluces. La ocasión más clara fue un disparo lejano de Lolo que se marchó desviado. El equipo técnico del Formentera vio pasar con impotencia la apisonadora del Sevilla. Cada diez minutos, aproximadamente, Marcos Contreras tenía que recoger el balón de dentro de las mallas. Se libró del último gol porque el míster tuvo el detalle de sustituirle por Isaac López para que se llevara la ovación de su gente.
En la grada, desde donde vio el partido Sanjuán, la afición insular desplazada a Sevilla no perdía la sonrisa. Cayeran los que cayeran, será una experiencia para recordar. Desde el homenaje que el club hispalense rindió al recientemente desaparecido Pepín Marí, a los cánticos en el minuto 16 recordando a Antonio Puerta, pasando por toda la parafernalia que rodea a los partidos que se juegan en un campo de estas dimensiones.
El desquite deportivo llegó a través de la bota diestra de Gabri, que se desmarcó para apuntarse el del honor al recoger un pase de Maikel y burlar la salida del guardameta sevillista. Se puede dar por contento el delantero barcelonés, que le ha marcado a los de Nervión los dos goles formenterenses de la eliminatoria. Todos los efectivos rojinegros se acercaron a la zona donde se situaba la hinchada insular, justo encima de su banquillo. Hubo palmas y muchas en una ovación que puso en pie a los 250 formenterenses que gozaron la experiencia de ver jugar a los suyos en un Pizjuán lleno de calvas pese a las 11.000 entradas que se despacharon en las taquillas.
La exhibición de los de Sampaoli les devuelve a la tierra, pero como dijo Juan Antonio en la zona mixta, después de haberse dado el gustazo de jugar un partido en el estadio de su equipo del alma, el mismo campo en el que su padre jugó tantas tardes en los ochenta como futbolista del Sevilla, ahora toca volver a la realidad, pensar en la Tercera e intentar el asalto al ascenso, el objetivo que se ha resistido en los últimos años, pero que el ahora mediático Formentera vuelve a tener entre ceja y ceja. Después de las merecidas vacaciones de Navidad, los rojinegros volverán a la carga. La escapada copera ya será capítulo a parte. El siguiente muchos quieren que tenga la Segunda B como escenario.