LA BELLEZA DE LA SORDIDEZ
@L.F./ Podrá caernos mejor o peor, pero resulta innegable que Frank Miller (EE.UU, 1957), a pesar o tal vez gracias a lo contundente de sus opiniones y lo innovador de sus trabajos, resulta a día de hoy el autor vivo completo (guión y dibujo) más importante del medio. Siempre inquieto y activo, explorando nuevos formatos en los que volcar sus creaciones, el bueno de Frank nos tiene acostumbrados a publicar de tanto en cuanto alguna de esas obras que sacuden los cimientos de la historia del género alcanzado insospechadas cotas de calidad, abriendo nuevos caminos totalmente inexplorados y poniéndose al frente de propuestas arriesgadas que la mayoría de las veces (no todas, que fiascos de los gordos también tiene unos cuantos, ojocuidao) generan un antes y un después en la forma de concebir y entender al arte secuencial. Con apenas 20 años ya apuntaba maneras poniendo el mundo de los superhéroes patas arriba con su descarada irrupción en la serie regular de Daredevil en Marvel Comics (inconmensurable su canto de cisne en la saga, Born Again). Poco más tarde seguiría desarrollando sus propuestas en la sobrevalorada El regreso del Caballero Oscuro y la magnífica Año Uno para el hombre murciélago de a Distinguida Competencia. Después llegarían sus creaciones de autor un tanto más alejadas del mainstream con trabajos como Ronin, 300 o Elektra Asesina (varias de estas obras ya han sido reseñadas con anterioridad en esta misma sección y otras están au por llegar; si queréis echarles un ojo sólo tenéis que revisitar el archivo) Recientemente se ha dejado ver en su vertiente más cinematográfica dirigiendo pufos infumables como The Spirit, infame traslación del personaje de Eisner a la gran pantalla, o co-realizando junto a Robert Rodríguez la espléndida adaptación de tres de los álbumes de la saga de Sin City. El primero de ellos, El duro adiós, es precisamente el tebeo digno de mención de esta semana.
Según explica el propio Miller la idea original fue concebida originalmente como una historia autoconclusiva de 48 páginas, pero la propuesta pronto se salió de madre cuando Marv, el grandullón protagonista, tomó el control absoluto de la trama obligando al autor a extenderla durante trece entregas desarrolladas a lo largo de 200 páginas que vieron la luz por vez primera entre 1991 y 1992 en la revista antológica Dark Horse Presents, números del 51 al 62, más una historia corta que apareció en el numº extra Dark Horse Presents Fifth Anniversary Special. En España las entregas se publicaron en la legendaria revista Cimoc. Tras la serialización llegaría el inevitable volumen recopilatorio que en un principio se titularía Sin City, a secas, para subtitularse después como El duro adiós y ser presentado de nuevo al público en diversos formatos aprovechando el tirón comercial de la por entonces película en ciernes que adaptaría tres de las novelas gráficas de un total de seis, más un recopilatorio de historias cortas y un volumen teórico a modo de making off, que conforman la totalidad de la saga
La historia desarrollada en el cómic nos presenta a Marv, un gigantón que contrarresta sus limitadísimas capacidades mentales con puro músculo. Protagonista absoluto de esta entrega, Marv busca venganza por el asesinato de Goldie, una prostituta de altos vuelos que parece ser la única persona que jamás se ha mostrado amable con él. La intensa trama con trepidante ritmo cinematográfico y diálogos de película negra de serie B son marca de la casa de Miller, quien parece volver sobre sus pasos una y otra vez recreando los bajos fondos de la Nueva York aparecida en su primigenio Daredevil,aunque en esta ocasión la acción se sitúa en la ficticia Basin City, cuyo autor rebautiza como ciudad de pecado. La terna de magníficos personajes secundarios como Wendy, hermana gemela de Goldie; Kevin, el asesino supuestamente mudo y caníbal de esta última; o el malvado obispo Patrik Roark, partícipe de las exóticas aficiones culinarias de su discípulo, conforman un reparto sólido que se nutre de otros personajes que se dejarán caer más tarde de forma recurrente a lo largo de toda la saga.
El dibujo de Miller resulta del todo excepcional, reforzando el ambiente de novela negra visual con toda una batería de recursos sorprendentes e innovadores que van desde enfocar la historia desde las mas inusuales perspectivas cenitales y contrapicados hasta la utilización del blanco para dar color a las sombras, la sangre o el agua, causando un efecto de negativo fotográfico que resalta las formas de los objetos y personas dibujadas, a veces únicamente delimitadas por el contacto de la lluvia sobre ellos, como es el caso de la impresionante secuencia inicial del capítulo 8 en la que se nos presenta a Marv bajo una tormenta.
El autor consigue que nos encariñemos con este mastuerzo descerebrado quien como muy bien apunta Dwight McCarthy, protagonista de varios números posteriores de la saga, es un personaje completamente fuera de contexto y época. Ahora es un delincuente peligroso, pero dos milenios atrás hubiera sido un gladiador victorioso a quien los césares arrojarían mujeres desnudas como las strippers del bar Kadiesa modo de trofeo sobre la arena. La accidentada ejecución en la silla eléctrica de Marv (¿Es lo mejor que sabéis hacer, maricones?) al final de este primer volumen es del todo irrelevante, ya que seguirá apareciendo sistemáticamente en los álbumes posteriores de la serie, narrada en formato de flashback con continuas idas y venidas en el tiempo.
El duro adiós fue adaptado junto a otras dos novelas gráficas de la saga, Ese bastardo amarillo y La gran masacre, en la magnífica película estrenada en 2005 que contó con la co-dirección del propio autor junto a Robert Rodríguez y el mismísimo Quentin Tarantino a modo de director invitado. Por una vez y sin que sirva de precedente, los cansinos que siempre reclaman fidelidad extrema al producto inicial no tienen motivo alguno de queja. A la soberbia adaptación que adapta escrupulosamente cada una de las viñetas del cómic a modo de storyboard secuenciado debe añadirse una selección de actores de las que hacen época. Buen trabajo de Mickey Rourke en el papel de Marv, e impresionantes caracterizaciones por parte de Elijah Wood en el papel de Kevin y del insigne Rutger Hauer (yo…he visto cosas que vosotros ni siquiera creeríais) como el obispo Patrik Roark, personajes ambos que parecen versiones clónicas de sus homólogos en las viñetas, aunque por poner alguna pega, diría que la stripper Nancy Callahan (Jessica Alba) cinematográfica resulta demasiado recatada en comparación a su personaje sobre el papel.
Se anuncia ahora para este mismo 2014 una nueva adaptación de Sin City bajo el subtítulo A dame to kill for con el mismo equipo creativo al frente con lo que, al menos en apariencia, el resultado positivo esta más que garantizado, ya que si algo caracteriza a las historias en cómic de la ciudad del pecado es su elevado ritmo visual cinematográfico, una ambivalencia que funciona como una carretera de doble sentido, ya que también dota a las películas de una fotografía estructurada a imagen y semejanza de las viñetas originales concebidas por Frank Miller, un genio absoluto en toda regla, le pese a quien le pese.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada en El Hondero (2013), de los guiones de la webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13), y colaborador del programa televisivo/radiofónico de TEF y Radio Èxit, Supercultura Freak Chow (2013-14) otro despropósito relacionado con el mundo del cómic…como si no hubiera cosas más importantes que hacer.
¡Hombre! Ya era hora. Por fin estamos de acuerdo en una película. A mí también me encanta Sin City. El cómic, lo desconozco totalmente; eso que me pierdo. Pero lo que es la película, mola cantidad.