@Natalia Cárdenas / La proliferación de los locales de juego y apuestas en Ibiza salta a la vista: en la isla hay unos 19 negocios y la mayoría han sido autorizados en los dos últimos años. Y todo en un escenario en el que los expertos alertan del aumento de la ludopatía.
Es un hecho constatado que el boom de estos salones va ligado a un aumento de la adicción al juego e incluso al consumo de alcohol, ya que estos establecimientos ofertan las bebidas a un precio muy inferior al de otros bares. Así, en la puerta del nuevo salón de juego de Sant Jordi, propiedad de la empresa Orenes, se puede ver a personas (algunas de ellas muy jóvenes) bebiendo en grupos y entrando y saliendo de este establecimiento que abrió sus puertas este mismo año.
El Centro de Prevención de Conductas Adictivas del Consell de Eivissa alerta de que de cada vez reciben más consultas sobre la ludopatía y que crece el número de familias que solicita asesoramiento, especialmente sobre apuestas deportivas y juegos en línea.
A la espera de la redacción de la Memoria de datos de este año de la Unidad de Conductas Adictivas del IB-Salut, los datos de los dos últimos años presentan un claro ascenso en pacientes adictos al juego y, además, así lo confirman asociaciones de ayuda como Proyecto Hombre o Juguesca-Ludopatía.
Dos permisos denegados en Sant Antoni
Esta preocupación por la creciente adicción al juego llama la atención de las administraciones. Así, Sant Antoni ha denegado los permisos para la apertura de un salón de juegos de Orenes en Sant Rafel, a escasos metros de un colegio.
El Govern, por su parte, puso en marcha el Plan del Policía Tutor, para frenar el aumento de las adicciones al juego entre los adolescentes. En el curso 2015-16, los policías tutores de Baleares llevaron a cabo más de 5.700 actuaciones con un alcance cercano a los 90.000 alumnos de 266 centros escolares.
Estas intervenciones se reparten entre el ámbito de la escuela y de los institutos, la calle y a las redes sociales, y abarcan situaciones como absentismo, peleas entre alumnos, consumo de drogas y/o tabaco o incidencias en Internet, entre otras.
La Ley de Juego balear establece que los salones de juego tienen que estar como mínimo a una distancia de 100 metros de los colegios. No hay límite numérico para este tipo de establecimientos, el único requisito es que entre uno y el otro debe haber 250 metros de distancia.
Mantener al populacho anestesiado o lo que viene siendo…gilipollas