NouDiari / Un alumno de Secundaria de Ibiza de 12 años de edad relata en primera persona y en colaboración con su hermana, de ocho, su día a día confinado en casa junto a sus padres. Su idea es hacer un ‘cuaderno de bitácora’ mientras dure el “encierro”. Desvelarán sus identidades una vez concluya el Estado de Alarma decretado por el Gobierno y un día antes de que puedan volver a clase, tal y como ambos han acordado.
Día 34 de tormento.
La cuarentena me ha hecho descubrir que mi madre es una especialista en un montón de técnicas que no sirven para nada.
Hoy nos ha puesto a hacer una cosa que se llama «macramé». Yo pensaba que eso sería una receta nueva de macarrones.
Pero cuando la he visto venir con una bola de hilo y un palo de escoba me he dado cuenta de que estaba muy equivocado.
Resulta que ahora es imprescindible y no podemos vivir un día más sin que tapemos el zapatero con una cortina. Y tiene que ser de «macramé».
Primero hemos estado cortando tiras de cuerdas tan largas como el pasillo. No sabía que el pasillo de mi casa fuese una unidad de medida universal. Eso que me llevo.
Hemos pasado las tiras por el palo de escoba y hemos empezado a hacer nudos.
Mi madre me ha dicho que me acuerde de los nudos marineros que hacía en vela cuando era pequeño. Si tenemos que depender de eso estamos apañados.
Sólo me acuerdo de la vez que volqué. Ahora ya sé que si me pilla un temporal en medio del mar en un barco, puedo hacer una cortina. Ya estoy tranquilo.
Según mi madre, lo del macramé es una técnica milenaria. Debe ser porque se tardan mil años en hacer una cortina. Eso explica porque hemos estado toda la tarde y no llevamos ni la mitad de un cuarto.
Mi hermana y yo seguiremos contando mañana cómo va esto del encierro.
Qué divertido es para los que lo leemos¡
Qué creatividad¡ estoy empezando a pensar que soy una aburrida…