NouDiari / Un alumno de Secundaria de Ibiza de 12 años de edad relata en primera persona y en colaboración con su hermana, de ocho, su día a día confinado en casa junto a sus padres. Su idea es hacer un ‘cuaderno de bitácora’ mientras dure el “encierro”. Desvelarán sus identidades una vez concluya el Estado de Alarma decretado por el Gobierno y un día antes de que puedan volver a clase, tal y como ambos han acordado.
Día 41 de angustia.
Pensaba que no podía flipar más que la vez que fui a ver un partido de la Champions. Pero estaba equivocado. Durante la cuarentena ha pasado una cosa que me ha sorprendido mucho más sin salir de mi casa. Mi abuela nos ha hecho una videollamada.
Para que os hagáis una idea de su edad, que si la digo igual se enfada, ella nació allá por el año de la patata. Su móvil no debería estar en su bolso. Debería estar en un museo. Y no tiene Internet en su casa ni ninguna intención de tenerlo.
Y de repente hoy le entra una videollamada a mi madre y aparece la cara de mi abuela. Me ha alegrado mucho pero, por un momento, me ha parecido vivir en un universo paralelo.
Resulta que mi abuela se ha compinchado con una vecina suya y le ha dejado su teléfono. Y parecía que lo había hecho toda la vida. Hasta me ha dicho como colocarme para verme bien.
Espero que no se acostumbre mucho a esto de la tecnología. Como le pille el gusto, cuando venga a casa los domingos no querrá que juguemos a las cartas. Me querrá quitar el ordenador.
Mi hermana y yo seguiremos contando mañana cómo va esto del encierro.
Qué vivan todos los agüeletes¡
Va por ellos¡
Feliz paseo chicos, al fin¡