NouDiari / El grupo de voluntarios ‘La voz de los que nadie quiere escuchar. Personas sin techos en Ibiza», que alimenta desde hace años a personas sin recursos en la isla, y que ha visto aumentar exponencialmente su labor solidaria durante la actual crisis sanitaria, vuelve a encontrar trabas para la recogida y entrega de alimentos. En esta ocasión, se quedan sin local ya que los propietarios que se lo habían cedido temporalmente van a alquilarlo.
Esta grupo de vecinos de Ibiza, liderados por Cristóbal (nombre ficticio), se encontró la primera traba al decretarse el estado de alarma. Cristóbal abrió la terraza de su casa para organizar la recogida y entrega de alimentos, pero tuvo que pedir un local para evitar ser sancionado por las autoridades. Consiguieron el local, cedido por los propietarios, pero se toparon de nuevo con la burocracia. La Policía Nacional emitió una propuesta de sanción «por estar entregando alimentos a las personas que lo necesitan sin autorización administrativa”. Entre semana recogen alimentos y los fines de semana los reparten, un fin de semana pueden hacer cola en este local unas 200 personas que necesitan alimentos y artículos de primera necesidad. El responsable de esta acción vecinal solidaria declaró encontrar trabas por parte del Ayuntamiento de Ibiza.
A pesar de todo, el grupo que se originó por Facebook, da las gracias a los dueños del local que se lo habían cedido mientras no lo pudieran alquilar. Y hoy, martes, han recibido la noticia de que hay gente interesada en alquilarlo. Por lo que si no encuentran otro espacio gratuito o la forma de pagar el actual, tendrán que marcharse.
«Hace unos días nos propusieron darnos de alta legalmente como asociación y un partido político (de momento no daremos nombres) se compromete a pagarnos el alquiler de un local durante un año. Pero para eso tenemos que crearnos como asociación y disponer de una cuenta bancaria. Algo que siempre nos hemos negado a hacer. Por que desde el principio decidimos no aceptar dinero ni subvenciones publicas», explica Cristóbal.
Ahora, dice, solo esperan y desean que algún particular o empresario que disponga de un local sin usar nos escuche «porque nosotros no queremos perder nuestra identidad como movimiento social, sin vincularnos a partidos políticos, sindicatos ni iglesias. Y poder seguir haciendo lo que llevamos haciendo hace años, colaborar con las personas que lo necesiten sin aceptar ni recibir dinero ni subvenciones públicas. Porque intentamos no caer en la trampa del dinero. El dinero corrompe todo movimiento social. Si alguien nos puede dar ideas serán bien recibidas».
Esta noticia del alquiler de su local, llegaba hoy en un día que había comenzado con alegría, ya que habían recibido un enorme cartel de lona para colgar en la fachada. Un detalle que les había hecho llegar Inmaculada Cano.
«Es un cartel que nos ha dejado con la boca abierta porque tiene mucho significado para nosotros», comenta Cristóbal en las redes sociales.