Laura Ferrer Arambarri / Una cuarta presunta víctima del sacerdote de Ibiza acusado de abusos sexuales ha querido aportar su testimonio. Un testimonio que puede ser crucial en la investigación y a la hora de llevarlo a juicio, dado que los hechos que denuncia se produjeron en 2006 con lo que el delito no habría prescrito como sí ha sucedido con otros abusos denunciados y que ocurrieron presuntamente en los años 90.
Este joven gallego relata que los hechos se remontan a 2006 cuando él y su pareja, que entonces estaba embarazada, recibieron apoyo por parte del sacerdote ya que se encontraban «en una situación económica muy precaria y vulnerable». El cura les ofreció alojamiento, según explica, en la casa parroquial del Rosario, donde hay dos viviendas. Ellos ocuparon el piso que hay debajo de la casa del párroco.
El gran apoyo «espiritual y económico» que les ofreció hizo que tuvieran una relación cercana con él. El sacerdote incluso les avaló para acceder a un piso de alquiler y les prestó un dinero con el mismo destino, que después los padres de la presunta víctima le devolvieron.
«El padre Juan de la parroquia del Rosario nos ayudó en un momento complicado y yo, que por entonces escribía poemas, le quise dedicar uno en agradecimiento. En ningún caso era un poema de amor o algo que pudiera ser entendido de ese modo. Era simplemente de agradecimiento», subraya la presunta víctima.
La noche antes de que el sacerdote firmase el aval, el joven acudió a su vivienda, en la parte superior de la casa parroquial del Rosario, anexa la iglesia y le entregó el poema, relata.
«Sin venir a cuento me besó en la boca con lengua y comenzó a tocarme los genitales mientras él también se tocaba. Me quedé paralizado«
En ese momento, según relata la víctima, el sacerdote se acercó a él. «Sin venir a cuento me besó en la boca con lengua y comenzó a tocarme los genitales mientras él también se tocaba. Me quedé paralizado. Es verdad que tenía 28 años, ya no era un niño como los otros testimonios que se han recabado, pero me quedé en shock», describe.
«Me imagino que no me afectó tanto como si hubiera sido un niño pero sí que me quedé tocado, muy jodido», subraya.
«Él aprovechó su posición de superioridad porque no solo actuaba conmigo como guía espiritual sino que me había prestado dinero y un aval«, relata. Por entonces el joven confiaba en él en muchos aspectos, por lo que los tocamientos y el abuso generaron en él un shock del que todavía no se ha recuperado del todo, 15 años después.
Pasó un tiempo sin verle y, cuando volvió a coincidir, le hizo saber su malestar. «Él tenía el discurso de que aquello que pasó era algo de dos amigos compartiendo. Le hice saber que eso no era así para nada», remarca.
Esta presunta víctima relata que, de cara a la galería, este sacerdote «da una imagen muy sensata, carismática, pero cuando estás a solas con él la cosa cambia y sus intereses parece que también».
Fue al leer los testimonios de las otras víctimas, el primero de ellos adelantado el pasado lunes 8 de marzo por Noudiari, cuando todos estos recuerdos se han despertado. «No me sorprendió para nada ver las noticias y, aunque no puedo demostrarlo, tengo la intuición de que también molestaba a un chico que era monaguillo por aquella época en la iglesia del Rosario. No lo puedo demostrar, insisto, pero el comportamiento que veía no era normal», afirma.
Por el momento no quiere revelar su nombre y no sabe si va a acudir a los Juzgados porque acaba de destapar unos hechos muy dolorosos para él pero no descarta nada. Lo que quiere es que esto «no vuelva a sufrirlo nadie, especialmente ningún niño. Eso es lo que me ha movido a hablar con los medios».
Sergio Lleó, una de las presuntas víctimas y la primera que denunció los hechos públicamente a Noudiari, agradece mucho este testimonio porque el delito ocurrió en 2006 «con lo que no ha prescrito y se consideraría al sacerdote autor de un delito continuado al menos desde 1990 hasta 2006 y podría ser juzgado».
Esto es así porque los otros presuntos delitos denunciados son de los años 1990, 1994 y 1996, respectivamente, con lo que han pasado más de 20 años y habrían prescrito, explica Lleó a Noudiari.
Las otras víctimas reportan hechos similares en la parroquia de San Pablo y como profesor en sa Blanca Dona.
Hay que recordar que el Obispado de Ibiza ha apartado al sacerdote de sus tareas en la iglesia de Santa Cruz donde ejerce actualmente.
Esto es solo la punta del iceberg. Tengamos presente que hay gente que no quiere aparecer en la prensa, esperemos que en ese caso denuncien en la policia o en el juzgado, aunque sea doloroso hay que hacerlo, hay que evitar a toda costa que estos hechos sigan ocurriendo. Mucho ánimo a las victimas y que se haga justicia.
Ánimo a las víctimas. Es difícil pero por favor, id a denunciar, la gran mayoría estamos con vosotros.