@Noudiari / Un grupo de padres y madres de alumnos del CEIP Can Raspalls de Sant Jordi denuncia la pasividad de la Conselleria de Educación, que no da respuesta a un problema de conflictividad en las aulas que arrastran desde hace ya 3 años. Amenazan además con dejar de llevar a sus hijos al colegio a partir del día 21 y convocar concentraciones a las puertas del centro si no reciben una respuesta.
El problema ha surgido en el grupo de 4ºB de primaria, en el que, siempre según fuentes de los propios padres, hay un niño que genera graves problemas de convivencia en el centro, que ha agredido a profesores y compañeros en más de una ocasión, y de hecho, según relata una de las madres, se ha denunciado en varias ocasiones, «pero la justicia archiva las causas por tratarse de un niño menor de 14 años». El alumno en cuestión tiene ahora 11 años, uno más que el resto de sus compañeros, por tratarse de un estudiante que ha repetido un curso.
Según relatan algunos padres, las reclamaciones han sido constantes durante los últimos tres años, pero «lo único que hemos conseguido es que Conselleria nos mande a hablar con menores y al revés, y al final nadie resuelve un problema que podría solucionarse con un centro especializado para niños conflictivos como los que existen en Mallorca». Reconocen que en un primer momento, la Delegación de Educación trató de resolver el problema con un auxiliar técnico y un profesor terapeútico para alumnos con necesidades especiales, pero ninguna de esas medidas ha dado frutos y desde entonces, aseguran, «todo han sido buenas palabras y pocas soluciones».
A día de hoy, este grupo de 4º de primaria cuenta con 25 alumnos, entre los que se encuentra el que está generando los problemas de convivencia que, dicen los padres de los demás alumnos, «repercute directamente en el funcionamiento del centro y de la clase, ya que no deja avanzar a los demás niños, que además tienen miedo por sus continuos ataques injustificados».
El centro ya ha tomado algunas medidas, como asignarle tutores personales «que han terminado dejando el trabajo porque no aguantaban más», según relatan los padres, o modificar sus horarios de entrada y salida para evitar que coincida con otros alumnos. Hasta el momento, todo ha sido insuficiente y el alumno se encuentra expulsado del centro desde hace un mes y medio por su mala conducta.
3 años buscando ayuda
Los padres y madres de los demás alumnos han acudido a varios organismos en busca de ayuda. Han enviado una carta al Defensor del Pueblo, que no ha recibido respuesta. También se han reunido con la Delegada de Educación en las Pitiusas, Belén Torres, que según los padres «no solo no ha hecho nada, sino que lo ha negado todo y no les ha dado ninguna solución», y con la Consellera de Bienestar Social, Mercedes Prats, que tampoco les ha ofrecido ninguna alternativa para solucionar el poroblema, apuntan.
De hecho, los padres y madres han asegurado que en varias ocasiones han tenido que acudir a la Policía para que se personaran en el centro y que «incluso varios profesores han puesto denuncias por haber sufrido agresiones por parte de este alumno».
Ahora piden, en definitiva, que las soluciones lleguen cuanto antes, porque temen «que por culpa de este niño, que también tiene derecho a la educación, se vea afectada la formación de nuestros hijos. Lo que queremos no es que ese alumno conflictivo se vaya, sino que las administraciones competentes busquen alguna alternativa para que la convivencia en el centro pueda volver a la normalidad».