Por Rebecca Beltrán:
Los índices de paro se disparan, muchos negocios bajan para siempre su persiana, pero la construcción muestra una resistencia hercúlea en las Pitiüses. Eso se desprende del cómputo de licencias de obra mayor que se expidieron en Formentera en los últimos cinco años. Si bien en 2008 se aprobaron 75 de estas licencias, en 2012 la cifra ascendió hasta 126, un 68% más que al comienzo de la recesión económica.
Según cifras facilitadas por el Consell Insular de Formentera, los peores años para la construcción fueron 2009 y 2010, cuando sólo se sellaron 47 y 49 licencias de obra mayor, respectivamente. La recuperación llegó en 2011 con la velocidad de un misil, ya que sólo en este año la máxima institución formenterense firmó 111 licencias de obra mayor. En 2012, un año marcado por los profundos surcos que la crisis económica y financiera había dejado en el suelo español, Formentera no sólo alcalzaba las cifras del año anterior sino que las sobrepasaba con un total de 126 licencias.
Las Pitiüses, un rara avis del mercado inmobiliario
Esta cifra confirma fehacientemente la situación excepcional de las Pitiüses, donde la crisis de la construcción no se ha notado con la misma fuerza que en el resto del territorio español. Tal y como les informamos en Noudiari.es, el número de licencias de obra mayor ha descendido en Eivissa en los últimos cinco años en los municipios de Sant Joan, Sant Josep y Santa Eulària, mientras que Vila y Sant Antoni han salido indemnes del varapalo urbanístico.
El consistorio de Portmany expidió en 2012 un centenar de licencias de obra mayor, lo que supone un incremento del 4,5% sobre las cifras de 2008, cuando se firmaron 96 de estos permisos. El otro municipio que escapa a las estadísticas generales es el de Vila, donde se ha registrado un descenso casi imperceptible en el número de licencias expedidas de sólo un 2,5%, ya que en 2008 el ayuntamiento tramitó con éxito 79 solicitudes y 77 en 2012.
Este tipo de licencia se solicita para cualquier construcción de gran repercusión, tanto para las obras de nueva planta como para las reformas estructurales de edificaciones preexistentes. Al ser un permiso requerido por las administraciones locales, las licencias de obra mayor son un termómetro inmejorable para calibrar el estado del mercado de la construcción en cualquier municipio.