@G. Romaní / Toda fiesta necesita baile y la de Sant Jaume, en Formentera, no es una excepción. Hace 36 años un jovencísimo Ariel Rot, en las filas de Tequila, ya lo advertía con desenfado «vamos a tocar un rock and roll en la plaza del pueblo, vamos a tocar y nadie nos va a parar». Y así fue, nadie pudo pararles, ni a él ni al grupo catalán que le precedió, Mishima, ni a Los Zigarros, valencianos universales que clausuraron la fiesta.
Con los tres grupos sobre el escenario de la Plaza de la Constitución de Sant Francesc, el rock and roll se enseñoreó de la plaza del pueblo, y fueron pocos los que echaron en falta los fuegos artificiales, suspendidos de forma más que acertada por el Consell Insular ante el riesgo de incendio.
Pero lo importante era la música, la fiesta, el baile y olvidarse de todo lo demás y por ahí empezaron Mishima. Música fresca, directa, sin mayores pretensiones que las de hacer disfrutar a un público entregado de entrada a sus composiciones bailables y pegadizas.
David Carabén, guitarrista y cantante, Marc Lloret en los teclados, Dani Vega y sus guitarras, el bajo de Xavi Caparrós y la batería y percusión de Alfons Serra, mostraron su pedigree musical y centraron su concierto en su octavo último trabajo ‘L’ànsia que cura‘, sin olvidar temas que ya son un referente en su trayectoria musical iniciada con el siglo en el año 2000.
Entre las canciones de su LP más reciente destacan ‘La brisa‘, ‘Mentre floreixen les flors‘, ‘Ja no tanca els ulls‘ o ‘Els vells hippies‘, una canción muy adecuada para un lugar como Formentera que siempre se enorgullece, con más o menos razón, de su pasado hippie. Con introducciones de sus temas a lo Canned Heat, a Lou Reed o a Héroes del silencio, Mishima no defraudó ni en sus canciones más reivindicativas, que quizás al público heterogéneo se le escapó el mensaje implícito.
Con Ariel Rot nunca se sabe la faceta que va a mostrar, pero jamás deja indiferente, y si sus grandes himnos con Tequila fueron el ‘Rock & roll en la plaza del pueblo‘, no lo fue menos la famosa canción ‘Salta‘ y tras su etapa con el grupo pasó un largo período trabajando en solitario, se reinventó con Los Rodríguez, donde se reencontró con el exTequila Julián Infante, y volvió a la carretera en solitario como ahora.
El rock, las baladas, canciones regrabadas tirando al blues o con toques de jazz, Rot basó parte del concierto en su último LP, ‘La Huesuda‘ y el numeroso público disfrutó de sus interpretaciones en los que fusionó todo tipo de registros musicales. Pero Rot ayer, con una banda potente y ensamblada, le dio al rock y duro haciendo que muchos no muy jóvenes sacaran sus móviles para inmortalizar el evento en Formentera.
Sin descanso
El fin de fiesta correspondió a la banda valenciana Los Zigarros, grupo liderado por Ovidi Tormo, guitarra y voz, la guitarra solista de Álvaro Tormo mientras que Adrián Ribes y Nacho Tamarit se ocupan de la batería y el bajo respectivamente amén de hacer los coros.
Lo suyo es el rock sin complejos ni fantasías, retoman el rock de los 60 y los 70, de Clapton a AC/DC, de Aerosmith a Loquillo pasando siempre por su visión personal del momento y de los temas de actualidad más rabiosa con letras de alto calado social. Insolentes, divertidos y provocadores Los Zigarros fueron el excelente colofón de unas fiestas que están agotando al personal de la isla.
Porque el jueves ‘Jazz en la Plaza’ el grupo local contó con una invitada de lujo, la saxofonista Muriel Grossman, el viernes una Formentera Flower con tres DJ’s de prestigio, Gunther, Pharma y Javi Box, esta noche un elenco de relumbrón con Mishima, Rot y Los Zigarros y el domingo por la noche Cris Juanico con F(a)usta y Los Mambo Jambo… Y la próxima semana, las fiestas de Santa María. En verano, Formentera no descansa.