Ribas: «Ahora, por fin, respiro más tranquilo»

@B.Roselló/ El domingo amanece encapotado, aún así Francisco Ribas hoy sonríe desde Cala Tarida. Cumple 24 horas en Eivissa y 48 en libertad después de estar más de tres años en prisión, acusado de la muerte de la venezolana Karina Rosales en 2012. Finalmente el viernes, un tribunal del jurado lo declaró no culpable, poniendo punto y final a lo que él mismo denomina una pesadilla.

En estos tres años, Francisco Ribas, a quien todo el mundo llama Xicu, ha perdido unos 15 kilos. Asegura que durante este tiempo ha ganado en salud y en forma física. De hecho, satisfecho, señala que ahora es capaz de aguantar una hora corriendo, algo impensable cuando nadie intuía el calvario que acechaba en la vida de Ribas.

Rodeado de sus hermanos, cuñadas y sobrinos, Xicu disfruta del domingo en una caseta de pescadores en una calita recóndita del municipio de Sant Josep. Un rincón ubicado a pocos metros de las decenas de turista que abarrotan las hamacas esperando que salga el sol en la urbanizada playa de Cala Tarida pero a la distancia suficiente como para deleitarse con los seres más queridos. Para Ribas hace 48 horas que ha salido el sol. Ahora se siente «libre» y comenta que, «al fin», puede disfrutar del mar, del Mediterráneo y «del paisaje de mi isla querida; ahora, por fin, respiro más tranquilo».

En estas 24 horas, a Ribas le ha dado tiempo a visitar a familiares ya mayores, ir al mercado de Vila a comprar pescado y pasear por Cala de Bou.

24 horas en Eivissa

Señala que durante estas 24 horas ha recibido numerosas muestras de cariño y de apoyo, que agradece una y otra vez. Le reconfortan. De su estancia en prisión, asegura que ha sido una «experiencia nueva, que nunca había imaginado». Aún así, confía en no tener que volver a pisar nunca más la prisión «porque son sitios muy dolorosos». Para Ribas, el primer año no pasaba el tiempo, «los otros dos no fue tan duro». En todo este tiempo apunta que ha hecho de todo y destaca los talleres de idiomas y los talleres de manualidades.

Entre tropelías de sus sobrinos que disfrutan con el llaüt y una tabla de surf y las risas de sus hermanos y cuñadas, Ribas se acuerda de los que fueron sus compañeros de prisión. Recuerda que había muchos funcionarios encerrados «por tonterías» y con una tímida sonrisa relata que le llamaban ‘Currito’. Durante este tiempo no ha abandonado sus creencias religiosas, de hecho, del pecho cuelga un rosario, del que no se desprende ni para lanzarse al agua.

«Cabeza de turco»

Dice sentirse el «cabeza de turco» de todo este duro proceso. A pesar de que en la última sesión del juicio tildó de «incompetente» al capitán de la Guardia Civil que instruyó la investigación, Ribas asegura que no tiene nada contra él: «Hace el trabajo lo mejor que puede». Aún así reconoce «que desde el primer momento no entendieron o no supieron por dónde pillarlo».

Ribas, que señala que estará unos meses de baja antes de incorporarse a la plantilla de la Policía Local de Sant Josep de la que forma parte desde hace cerca de tres décadas, no piensa ahora en reclamar ningún tipo de indemnización por estos tres años en prisión: «Está en manos de mi abogada pero de momento no estoy muy interesado en que continúe la pesadilla», sentencia.

Xicu no finaliza la charla sin tener un recuerdo para Karina Rosales y su familia. Ribas ha querido mandar su pésame y las condolencias por el fallecimiento de la venezolana en 2012 confiando en que se encuentre a su asesino. «Se seguirá investigando el caso, no lo vamos a dejar porque el asesino sigue estando suelto y acabará siendo detenido».

Antes de marcharnos, Ribas, que ya se encuentra más relajado, brinda con sus familiares. No será el único ni el último. Es un brindis por su libertad.