(Actualización: para poder visionar los vídeos en cuestión, hay que ir directamente a la página de la Escuela Universitaria de Turismo de Ibiza e ir a la pestaña «multimedia», ya que los enlaces que había en esta página han sido redireccionados).
Nos llenamos la boca con la promoción turística. Nos creemos el centro del universo y nos vanagloriamos de marcar tendencias a la hora de ofrecer lujo selectísimo, glamour y ser la repera de la música electrónica. Con reservados en discotecas a 6.000 euros si hace falta y cubatas a 20 euros en la zona proletaria. Razones no faltan, pero parece que este estatus se ha logrado muy a pesar, a veces, de nuestra promoción turística.
Si en el pasado la administración llegó a querer prescindir de la más que consolidada marca «Ibiza» por nuestra «Eivissa», renunciando al pragmatismo por cuestiones románticas (cosa que considero muy noble en todos los aspectos que no sean mi pan) ahora nos encontramos con que los pitiusos destinamos el doble de recursos económicos para darnos a conocer en las ferias turísticas. Ésas en las que casi hay más concejales y asesores varios que visitantes. Todo porque el sector se siente marginado por el conseller autonómico del ramo, el ínclito Carlos Delgado. Bueno, siempre se lo ha sentido, pero nunca hasta ahora había dicho basta.
Pero, ¿de qué nos sirve deleitarnos en el victimismo antimallorquín si somos los primeros en darnos a conocer al mundo de la manera más cutre que se pueda encontrar en la red? Esto viene a cuento de los vídeos que cuelga en su web la Escuela de Turismo de Ibiza. Sí, el centro que forma a los expertos de la principal y única industria de la isla que en muchas partes se ve como el ombligo del mundo en verano.
Si uno ve un epígrafe bautizado como «multimedia» se espera algo más que unos vídeos grabados con cámara casera, sin micro y con audio ambiente (de manera que se oye al entrevistado con un eco insufrible junto a pasos lejanos, puertas que se cierran…) y todos ellos torcidos salvo uno. Uno sospecha que se debe a un fallo del trípode, pero es que el único que está grabado a pulso también está torcido. El súmmum del despropósito audiovisual se alcanza con el vídeo de un señor tan respetable y eficiente como el presidente de la Cámara de Comercio, Vicent Torres, víctima de un imposible plano inguinal.
Son damnificados por estas grabaciones amateur los principales empresarios hoteleros de la isla, así como algunos representantes institucionales. Una gente que tiene mucho que contar sobre el sector que tan buenos resultados nos está dando en plena y acentuada crisis. Pero lástima que con tanta proliferación de asesores renieguen de los que puedan informar de una cosa tan básica como la comunicación corporativa.