@Noudiari/Esta semana Lola y Anastasia han venido al mundo después de que sus mamás Ketty Alcívar, el lunes 28, e Iryna Mysyuga, ayer jueves, tomaran la decisión de utilizar por primera vez la bañera de partos que la Unidad de Paritorio pone a disposición las gestantes desde el mes de septiembre.
Los objetivos que persigue esta iniciativa son aumentar la satisfacción de las usuarias al ampliar las opciones de analgesia durante el parto, disminuir la morbilidad asociada al intervencionismo obstétrico, ofrecer el agua como otra alternativa para el alivio del dolor y favorecer el empoderamiento de la mujer mediante la toma de decisiones y el autocontrol.
La utilización de agua caliente para la relajación y disminución del dolor, aunque se usó durante muchos años, no fue hasta los años 70 cuando se introdujo en Europa como alternativa de analgesia durante el proceso de parto. Ya en los años 90 se consolidó como opción sanitaria en Inglaterra y Gales, y posteriormente en Holanda y Finlandia.
Contracciones menos dolorosas
La flotabilidad y el calor del agua pueden ayudar a las mujeres a relajarse y con ello se podrán obtener contracciones menos dolorosas y una posible reducción de tiempo en el proceso de parto. Según los profesionales, la mujer se siente con más control de la situación cuando ha experimentado la relajación en el agua, y tiene una percepción menor del dolor.
Existe un Protocolo de parto en el agua desarrollado por Ainhoa Barbacil, supervisora de Paritorio en el momento de la redacción del protocolo, Rodolfo Moreno, jefe de Ginecología y Obstetricia, y Hugo Suarez, Matrón, además de la Unidad de Calidad, que contempla unos criterios de inclusión y exclusión para el uso del agua en el parto. Entre los criterios de inclusión se encuentran que sea un embarazo de bajo riesgo, que la gestación sea a término y que el bebé tenga presentación cefálica, que exista un inicio de parto espontáneo y una progresión favorable del parto, que la decisión haya sido tomada única y exclusivamente por la mujer y que haya recibido información profesional anterior, preferiblemente durante la preparación al parto.
Otro de los requisitos que ha de cumplirse es la dedicación completa de una matrona durante el tiempo que la gestante se encuentre en el agua, por ello no es posible la utilización de la bañera en caso de haber más de tres partos al mismo tiempo.
Entre los criterios de exclusión están que la gestación sea de riesgo, que la gestante sea menor de 16 años además de una serie de patologías que hacen incompatible el uso de la bañera.
Para Óscar Villalba, Supervisor de Enfermería de Paritorio “se trata de un método de analgesia a considerar como alternativa a la epidural que además proporciona ventajas en el proceso natural de evolución del parto”. Villalba espera que cada vez más mujeres se animen a utilizar este método”