@V. Guerrero/ Se armó el Belén electoral. A medianoche, como manda la tradición, ha arrancado una campaña electoral más enigmática que nunca, con fuerzas emergentes deseando dar la campanada y los partidos tradicionales que no están para sorpresas navideñas. Lo que parece haber quedado claro desde el minuto uno es quién está dispuesto a ‘ensuciarse las manos’ en esta carrera electoral. Las interpretaciones quedan a criterio del lector, pero uno de los hechos más llamativos de esta pegada de carteles que da el pistoletazo de salida es siempre quién se encarga de algo tan indispnesable como el pegamento y aquí los hay novatos y veteranos. Los recién llegados a la carrera política se han ensuciado mezclando y removiendo en un cubo, mientras los ‘tradicionales’ se han acercado al líquido viscoso solamente para la foto. Para el trabajo sucio había empleados.
Lo que no se puede negar, a los nuevos y a los ya entrenados, es el alarde de compañerismo y buen humor que todos han destilado en este arranque de campaña. Colegueo, bromas, risas, gritos de apoyo… En todas las casas, de todos los colores, se respiraba optimismo y ganas de comenzar la carrera electoral. Incluso cierto ‘transfuguismo’ por momentos, cuando responsables y candidatos de un partido paseaban de sus murales a los de sus oponentes, intercambiaban saludos, risas y muestras de cariño. Un espejismo que solo duró unos minutos y que previsiblemente se esfumará a partir de este viernes cuando empiece la batalla. Ya lo ha recordado uno de los candidatos al Senado mientras posaba para las cámaras junto a los demás aspirantes a la Cámara Alta en alusión a la película ‘Los Inmortales’: «Aquí solo puede quedar uno».
Una noche cargada de anécdotas, porque si ya la manipulación del pegamento dejaba claro quien está más acostumbrado a ensuciarse, un par de curiosas que paseaban por Vara de Rey lo corraboraron tras ver la destreza de algunos al utilizar una escoba para pegar los carteles. Enseguida sentenciaron: «Cómo se nota lo acostumbrados que están todos a limpiar en casa». Reproches en relación a la limpieza, en clave de humor, eso sí, también tuvo el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, que no dudó en espetarle a la candidata socialista al Congreso por Ibiza, Sofía Hernanz, un claro «no me ensucies la acera», tras el desaguisado de Hernanz repartiendo pegamneto por su mural.
Curiosidades en la zona socialista y también en la del Partido Popular, donde se llegó a escuchar algún tímido «Sí se puede» cargado de ironía en respuesta a los gritos de Podemos, que pegaban sus carteles justo enfrente. Otra de las postales de la noche bien podría llegarnos a todos a casa metida en un sobre en forma de felicitación navideña: el momento en el que todos los candidatos, tanto al Congreso como al Senado, de todos los partidos presentes (PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y Unidad Popular), se situaron junto al árbol de Navidad del Paseo de S’Alamera para la foto de familia. Esa era sin duda la imagen del comienzo de la campaña electoral y culminó con Sofía Hernanz proclamando «queda inaugurada la campaña electoral». En ese momento llegó la nostalgia de aquellos tiempos de bonanza en los que había dinero para inaugurar nuevas infraestructuras y obras públicas. Fue el Popular Álex Minchiotti quien enseguida vio el chiste y respondió: «la cinta, la cinta», mientras blandía unas tijeras imaginarias.
Viejos enemigos
Todo en un ambiente distendido, cordial. Habrá que ver por dónde van los derroteros de la batalla electoral, pero a lo mejor hacer sangre, o leña del árbol caído, será un poco más difícil cuando muchos son ya viejos conocidos. Los hay que en mayo pegaban carteles para Guanyem y ahora pegan los de Més, como es el caso del candidato al Congreso Joan Ribas. También los hay que han dejado las filas del Partido Popular para pasarse a Ciudadanos, como la candidata al Congreso, Mayte Planells.
Los grandes ausentes en esta pegada de carteles fueron el PI, UPyD y Més, que ya habían realizado su pegada simbólica a lo largo de la tarde y empezarán la campaña más descansados, sin ojeras ni cansancio acumulado, aunque algunos a esa hora tenían otros actos programados. Y es que por delante quedan 15 días intensos para convencer a los ciudadanos antes del 20-D y de acuerdo a los últimos datos del CIS son muchos los que todavía no lo tienen claro. Ahora empieza la batalla encarnizada. El buen rollo, como todo, fue bonito mientras duró.