José Manuel Piña / Ni el viento, que a ratos soplaba con cierta fuerza, consiguió deslucir la rúa de Carnaval, que todos los años embellece el mes de febrero. Centenares de disfraces portados gallardamente por otras tantas personas de todas las edades desfilaron por las calles de Eivissa al ritmo de las músicas más pegadizas y de ritmos más festivos.
Hubo de todo, especialmente las referencias a las películas de actualidad. Los piratas del Caribe competían deportivamente con los Jedys y estos cedían territorio a Priscilla, la reina del desierto. A su alrededor, unas veraniegas surferas aprovechaban el oleaje del asfalto urbano para surcar el océano de público que siguió la vistosa comitiva.
Colegios, academias de baile, asociaciones de vecinos y muchos particulares en solitario o por parejas y en pequeños grupos contribuyeron a dar color y calor a la jornada doblemente festiva. Sin embargo, algunos veteranos espectadores advirtieron un exceso de disfraces adquiridos en establecimientos del ramo y una casi absoluta falta de crítica social.
Desafíos
Tan solo los vecinos de la asociación Cartaginesos se atrevieron a desafiar lo políticamente correcto con su comparsa, en la que se ponían en cuestión los polémicos vertidos del emisario. También podía considerarse crítica la comparsa ‘Samurais per la pau’, con todos sus miembros caracterizados de esa legendaria figura japonesa.
Por lo demás, abundaron los niños y una bucólica estampa manchega en la comparsa de la colla folclórica de Sant Jordi a la que titularon Don Quijote de ses Salines, con todos sus participantes ataviados a la usanza. Dulcineas, molinos, rocinantes y molineros cerraban el desfile, que se prolongó en el tiempo más de una hora.
Però això de fer publicitat, no estava prohibit i just fan publicitat d’un gimnàs…….
No era publicidad, eran participantes de la rúa.
Yo me quedo con lo de «ausencia de critica social» y me pregunto si es que todo ya va bien o ha pasado alguna otra cosa que se me escape.
S’escola sa bodega demanava llum per seu pati, sinó perdrien ses dents. S’escola can misses reivindicaba es joc de tota la vida… i sa rua d’es emisaris no era d’es vesins de talamanca, sinó d’es cartaginesos i romans… altres anys estava prohibida sa publicitat peró en guany no ho posava a ses normes…
Creo confunde critica social con reivindicación social…
Un gran avance lo de convertir de un evento festivo en una plataforma publicitaria… Pero es lo que abunda, el anuncio y la publicidad.