V. R. / Ambientazo en Can Misses. Como en las grandes citas, el estadio ha presentado una gran entrada. 2.000 personas han animado al Ciudad de Ibiza en el día de su ascenso a Tercera División. No es habitual ver a tanta gente en la grada en un partido de promoción a Tercera, pero es que en la ciudad de Eivissa hace cuatro temporadas que no hay un representante en categoría nacional y la gente, el público, ha demostrado que tiene hambre de fútbol. De eso ya no cabe duda.
La directiva, además, ha trabajado de forma impecable en la fiesta que ha representado el partido. En los días previos, el club se ha movido para hacer afición. Regaló entradas, confeccionó adornos y pancartas para el estadio, dispuso sombrillas para los aficionados y distribuyó banderas entre los seguidores, muchas de las cuales ondearon a lo largo del encuentro en manos de la chiquillería, que vibró con cada ocasión y, cómo no, con los goles. Sobre todo con el primero, el que allanó el camino.
Vila ya tiene equipo representativo en Tercera División. El Ciudad de Ibiza no ha dado puntada sin hilo desde que se embarcó en el proyecto del ascenso. Con una labor sorda pero eficaz, sin hacer ruido, trabajando desde la humildad y el respeto máximo por sus rivales, el club de Ángel Nadal, Ibón Begoña y Jordi Cruyff se ha ganado el respeto de la afición insular. Y es que en el campo no solo había gente de Vila, sino de otros muchos municipios de la Isla. Y no toda era única y exclusivamente de fútbol. En el graderío han coincidido aficionados y jugadores de baloncesto, balonmano, voleibol, tenis de mesa y judo, entre otras disciplinas.
Por población, el municipio de Eivissa es el que tiene mayor capacidad de reunión, de aglutinar a un número importante de personas en un estadio. Y la marca registrada, 2.000 personas, es el récord de asistencia de esta temporada un recinto deportivo de la Isla. El fútbol tiene tirón y en Vila no es una excepción. El público quiere nuevos retos y un equipo que ilusione. Y si este club es capaz de seguir por el buen camino que ha recorrido hasta la fecha, por la línea que ha dibujado en su pasado reciente, tendrá a los seguidores que se merece.
Es exigente el público de Vila, como el del resto de municipios, y no querrá ver a su equipo perder cada 15 días en casa, con lo que para triunfar, para alcanzar el éxito, el proyecto de la entidad tendrá que generar ilusión y ser ambicioso, como la propia hinchada.
Se abren puertas ahora para posibles fusiones con otros clubes del mismo municipio, donde hay cuatro entidades en activo que portan en su nombre la palabra Ibiza. Con el Club Deportivo Ibiza ya se trató una posible fusión, pero no prosperó. Con la Unión Deportiva Ibiza no se ha tocado este asunto, al menos públicamente, aunque la UD, presidida por Amadeo Salvo, da la impresión de que va por libre y no está por la labor de tender lazos con terceros. El otro Ibiza, el Inter, tiene otros planes.
Como bien es sabido en este deporte, todo lo que ha ocurrido en el pasado no es óbice para que las cosas que ayer parecían imposibles acaben sucediendo mañana. Así que, a día de hoy, no se puede descartar que el Ciudad de Ibiza acabe fusionado con otro club en beneficio de un proyecto deportivo en común y de mayor calado.
Para llegar lejos siempre es mejor sumar que dividir y multiplicar esfuerzos que restar compromisos. Más si cabe en el municipio de Eivissa, donde muy pocas veces han convivido dos clubes en Tercera y donde no hay afición suficiente para que dos equipos consigan cubrir el cemento de la grada de aficionados de forma contemporánea. Tiempo habrá de ver movimientos en este sentido. De lo contrario, los rivales andarán con ventaja.