@L.Aversa/A dos meses del histórico desalojo de las calles Alt i Retir de sa Penya, el Ayuntamiento de Ibiza ha comenzado un nuevo proceso judicial para desalojar otra vivienda de propiedad municipal ocupada en el mismo barrio.
Se trata de la casa ubicada en el número dos del callejón Vista Alegre, cuya ocupación fue detectada «hace unos meses» y que pertenece a un pequeño núcleo de viviendas, calificadas como Unidad de Actuación (UA) 2 y 3 del municipio de Ibiza, propiedad del Consistorio, y donde desde hace años se proyecta la construcción de un centro cívico.
Precisamente, la Junta de Gobierno de Vila aprobó en una de sus últimas reuniones, el pasado 16 de mayo, el inicio de los trámites para comenzar con el procedimiento judicial para ejecutar el desalojo.
El Consistorio asegura que ya se dispone de todos los informes preceptivos de Policía local y del departamento de Servicios Sociales, y que en estos momentos los servicios jurídicos se encuentran «preparando la documentación para iniciar el proceso judicial».
Dos viviendas pendientes de recuperar
Desde Vila aclaran que no es la misma vivienda de propiedad municipal ubicada en la calle Vista Alegre que se intentó ocupar a principios de mayo, cuando se registraron hasta siete intentos de reocupación de las infraviviendas de las calles Alt i Retir.
Ese intento de ocupación se evitó porque se pudo detectar a tiempo, a diferencia de la vivienda ocupada que se pretende desalojar.
Con este nuevo proceso judicial, Vila intenta recuperar otra vivienda ocupada en el barrio.
Además de las 23 infraviviendas de las calles Alt i Retir, desalojadas el pasado 26 de abril, el Consistorio tiene pendiente la recuperación de otras dos viviendas que siguen ocupadas. Vila ya cuenta una sentencia judicial que le permite desalojarlas, pero aún no ha llevado a cabo la operación.
Estas casas están ubicada en la misma manzana desalojada en abril, considerada la más conflictiva del municipio, que sigue rodeada por un muro para evitar nuevas ocupaciones.
De momento, sólo las pintadas se han atrevido con la pared de bloques de hormigón que blindan las infraviviendas de sa Penya.
Esto es el cuento de nunca acabar. A cada vivienda desocupada hay que echarla abajo y los solares se subastan al mejor postor. Este barrio no puede ser de viviendas de protección oficial pues se volveria a caer en lo mismo. Debe ser turístico como es Dalt Vila.