La alcaldesa de Barcelona, nada sospechosa de connivencias con el sector de alojamiento, se ha dado cuenta del enorme problema ciudadano que supone permitir el alojamiento profesional en pisos particulares. En consecuencia, está tomando medidas enérgicas y contundentes, pero proporcionales a la enormidad del problema que se ha creado.
La explotación profesional de pisos particulares tiene varios efectos inmediatos y perjudiciales para las ciudades y su población residente:
- Disminuye y encarece la oferta de viviendas para uso residencial. En Ibiza es ya un problema sin solución para muchas familias de trabajadores. En Formentera aún más
- Eexpulsa a las familias normales de su residencia habitual, al ser insoportable la convivencia con el turismo en pisos.
- Agrava los problemas de congestión urbana. Y no es por las plazas hoteleras, que están congeladas desde hace una década.
- Se saturan infraestructuras básicas: agua potable, saneamiento, limpieza, depuradoreas, carreteras…,
En las Baleares se da por bueno el razonamiento práctico, “es algo que existe, que no podemos evitar, y por tanto, mejor regularlo”.
Nuestro Govern se propone enfrentar el problema con la regulación/legalización. Se pretende con ello, sin exigir el consentimiento de los vecinos del inmueble, legalizar una actividad que perjudica gravemente la convivencia, al permitir una actividad económica en una zona residencial.
Hay que perseguir a quienes venden en sus poderosas páginas webs alojamientos no legalizados. Tenemos que aprender de Barcelona. Un edificio urbano, completo, y cumpliendo la normativa turística, como todos, puede ser perfectamente dedicado al turismo.
Ahora bien, sin la implicación de los Ayuntamientos y del Consell Insular, es imposible lograr disuadir a los miles de propietarios e inquilinos que hoy día realizan la explotación profesional de pisos particulares. Y ello pasa por tomar medidas contundentes y eficaces, pidiendo las reformas legales necesarias en su caso para hacer cumplir la ley, y lograr el objetivo de un turismo rentable y no molesto para los residentes.
Se echa de menos la claridad de ideas y las ganas de lograr resultados que vemos en Barcelona. Esperemos que la nueva regulación haga que la próxima temporada las autoridades competentes (que son todas, municipios, Consell y Govern) consigan resultados prácticos. De no ser así, tendremos un futuro turístico, a pesar de la buena temporada que hasta hoy disfrutamos, cada vez de menor rentabilidad y más molesto e incómodo para los residentes.
La Junta Directiva de la Federación Empresarial Hotelera de Ibiza y Formentera (Fehif).
A eso se le llama «arrimar el ascua a su sardina», cuando lo que sucede en Barcelona, en particular en la Barceloneta, no sucede para nada en Ibiza.
Ahora los hoteleros de Ibiza se han hecho de Podemos jajaja.. …
Si tenemos que tomar como ejemplo a Colau, apaga y vamonos.
Ella en su casa y nosotros en la nuestra.
Lo que sucede en Ibiza, queda en Ibiza.
Le pese al que le pese, nosotros lo hemos hecho, nosotros
lo arreglamos.
El barquero de Hades.