@Noudiari / Es cocina a cuatro manos. Y vaya manos. Por una parte está Francis Weidemann, el chef habitual del restaurante Can Cires. Por otra, Jean-Louis Neichel, uno de los primeros chefs que recibió una estrella Michelin en España en el año 1976 como jefe de cocina de El Bulli, antes de pasar a dirigir su propio establecimiento en el barrio barcelonés de Pedralbes. Los dos, mano a mano, han presentado el Encuentro Gastronómico Alsaciano, que tendrá lugar en el conocido restaurante de Sant Mateu del 26 al 30 de septiembre.
«Conocí a Jean-Louis, que es alsaciano como yo, en la Feria Alimentaria de Barcelona y le pregunté si quería venir para promocionar Ibiza por su gastronomía y para dar a conocer los buenos productos que tenemos en la isla. Ahora está aquí y se puede decir que él es el maestro y, yo, el aprendiz», afirma Francis. «Estoy medio jubilado después de cerrar el Restaurante Neichel el año pasado y tengo tiempo para ayudar a los amigos. Además, hemos cocinado juntos hace tres semanas en Alsacia y ahora preparamos algo parecido», asegura Neichel.
Los dos chefs, franceses de nacimiento aunque ibicenco y catalán de adopción, respectivamente, son grandes enamorados de la cocina mediterránea. «Francis lleva menos tiempo aquí, pero yo vivo en Catalunya desde hace 45 años. Siempre hemos hecho una cocina con los productos de la tierra. En Ibiza hay productos muy buenos, como pescado, carne, vino y aceite. Pero faltan cosas, como más productores y quizá un poco de iniciativa de los payeses o apoyo del gobierno», comenta el prestigioso chef.
Can Cires, sin duda, es un lugar privilegiado para celebrar este encuentro gastronómico. «Estamos en el campo y aquí se produce el vino, el aceite de oliva o yo mismo cuido mis palomos, además de tener hierba, tomillo, limones o higos. Todo es producto casero y de la mejor calidad», afirma Francis. «Además, su mujer, Victoria, prepara su licor de toda la vida de hierbas dulces, que está delicioso», añade Neichel.
Dos menús diferentes
Pero hablemos de comida. El primer menú, de lunes a miércoles, consiste en un aperitivo, que consta de un cocktail de gambas y tapas, con nombres tan apetecibles como royal de foie-gras, pigeon a la gelee malvasía de Can Rich, espuma de flambé y farciete de langosta y baguette de sobrasada con miel e higo; el entrante es una ensalada de mar y montaña, con gambas ibicencas con cabeza en tempura, carpaccio de palomo y foie-gras con tostada en pan de especias y mermelada de higo.
El segundo plato es gallo con puré de calabaza y tomate caramelizado, seguido por un cabrito lechal lacado a la miel de frígola con verduritas y membrillo. Por último, el postre, con mousse de higos chumbos o panna cotta a la vainilla de Madagascar, con infusión de hierbas ibicencas, además de un café gourmand.
El segundo menú, que se servirá el jueves y viernes «por si algún cliente quiere repetir y para que no se cansen los cocineros», bromea Neichel, consta de un aperitivo con cocktail de cava y tapas como cebiche de sirvia, ravioli de mar y montaña, gambas y foie-gras, royal de pescaso de roca con erizo de mar de Palamós. El entrante será un gazpacho de tomate y fresón caramelizado con aceite de Can Benet a la albahaca, melón y langosta ibicenca.
Los platos principales son un filete de mero con patatas tenedor, pimientos choriceros y tomates secos con perfume de orégano, aliñado con jugo de rustido al vinagre forum. A continuación es el turno de un carré de cerdo ibérico al romero de Cala Aubarca con manzana caramelizada a la miel y moussline de patata ibicenca. Por último, un souffle de queso fresco acompañado de caramelizado de ciruelas a la canela con limón confitado y, para rematar, un café gourmand.
Los dos menús se sirven a partir de las 20.30 horas y tienen un precio cada uno de 90 euros. Desde Noudiari, que este viernes al mediodía tuvo la oportunidad de probar algunos de los platos, podemos atestiguar que todo estaba absolutamente delicioso. Pero claro, con dos chefs de tanto talento, no podía ser menos.
muy buen tio este francis como todos en san mateo buena gente ,cada ves que bajaba de la montaña tomaba una copa de vino blanco y usaba internet allí ,si no fuera por los robos que sufri en mi casita este verano seria mi lugar en el mundo