@Noudiari / Diego Picabea inaugura este viernes 28 de octubre (20 horas) una exposición que ha creado especialmente para el espacio cultural Districte-Hipérbole de Ibiza. Presenta obras de diferente formato y técnica, en las cuales el leitmotiv es el dodecaedro. No es una serie como se conoce comunmente, sino más bien un relato. Al artista le gusta que una de sus caras, sea literaria. Son esculturas, objetos y pinturas que dan un sentido al desarrollo de la historia.
«Siempre me ha cautivado la geometría. Ya desde pequeño la ejecución bidimensional de las figuras geométricas tenían un encanto especial. La utilización de ‘herramientas’ para ejecutar un triángulo o un paralelogramo despertaba en mí una gran curiosidad. Era descubrir cómo por medio de un método, con sus diferentes etapas, llevaban a la realización de algo concreto. Con el tiempo, la búsqueda fue profundizándose, siempre movida por la curiosidad y sus efectos», apunta Picabea.
«La contemplación de los poliedros despertaba tal vez lo que los platónicos ya habían concluido al representar mediante la mayor abstracción posible la esencia de los elementos. Como representar la tierra, el agua, el fuego, el aire sino de la manera más perfecta que con la geometría», prosigue el artista.
«Me interesa la relación entre los planetas y los poliedros -continúa diciendo»-, causan la misma fascinación. Platón representa al Universo en la forma del dodecaedro. Y de ahí intento partir, humidlemente, hacía un arte universal, continuando la concepción universalista constructiva de Torres García, pero sin limitarme a un lenguaje en concreto sino a uno universalizado».
Sobre el artista
El artista Diego Picabea (Montevideo, 1970) participó en 1989 en su primera exposición colectiva y fue seleccionado para un premio nacional de escultura con dos obras de carácter totémico. A comienzos de los 90 tomó clases de talla con Nieva, un escultor académico de origen castellano. En 1993 obtuvo el Premio Joven de Miniescultura con miniaturas en cerámica, en la galería Merchands d’Art. Los 90 fueron para Picabea la búsqueda del lenguaje propio, partiendo de la base del ‘arte como trabajo’. En 1999 viajó a New York, donde no dejó un museo con cabeza. En 2001 fue seleccionado para el Salón Nacional, con tres obras de carácter óptico. Desde 2003 reside en Ibiza.