@V. R. / Con un juego brillante, eléctrico y sin errores. Así ha apeado el Puchi al Villaverde de la Copa de la Reina de balonmano, 40-29. Era la de este martes la primera vez que venía a la Isla un equipo de la máxima categoría del balonmano femenino español en competición oficial. Nadie esperaba que se marchara destrozado por el equipo de casa, de una división inferior. Pero es que las locales tenían perfectamente claro lo que querían, cómo iban a conseguirlo y en que momento. Lo extraño, en todo caso, fue la falta de respuesta del rival en la segunda parte, en la que se rindió al balonmano de las ibicencas, más rápido, más preciso y más acertado.
La defensa abierta del Puchi fue un quebradero de cabeza para el rival, que en ningún momento supo cómo atacarla. Aún así se mantuvo vivo en ataque por la calidad individual y los lanzamientos de siete metros. El esfuerzo en el trabajo de piernas dio sus primeros frutos desde muy pronto y permitió que las jugadoras de Noel Cardona tomaran el mando del partido desde el inicio. Siempre fueron por delante en el marcador, ya que, al revés de su contrincante, ellas sí encontraron el pasillo hacia el gol. Los consiguieron de casi todos los modos posibles: contra, pívot, penalti, extremo, lanzamiento exterior…
El Puchi estaba desatado. Le salía todo. Y eso le permitió hacerse con un pequeño colchón de goles a favor en el primer tiempo que osciló entre los tres y los cinco arriba con los que terminaría un primer tiempo para enmarcar, 23-18. Lo que no se podía prever era que las locales pudieran mantener el mismo ritmo tras la reanudación, algo que no solo lograron sino que además incrementaron para romper el partido por la mitad y llenar de dudas al contrario, que en el minuto 7 del segundo tiempo ya perdía por siete, 28-21.
Sin piedad
Fue entonces cuando las locales olieron sangre y decidieron atacar sin piedad la debilidad del adversario, descolocado y falto de ideas y recursos para frenar el vendaval de juego que se le venía encima y que en cada acción le alejaba un poco más de la Copa. Pocas veces antes se había visto en Santa Eulària al conjunto de casa jugar a un nivel tan alto, con tanta determinación y serenidad en los momentos en los que se deben tomar las decisiones que al final te conducen al objetivo o te alejan de él.
El Villaverde perdió definitivamente toda esperanza cuando el Puchi adquirió en el minuto 18 del segundo acto doce tantos de ventaja, la máxima renta de todo el partido (36-24). Se dieron cuenta las visitantes en ese instante que no tenían nada que hacer, porque incluso jugando con dos más por dos exclusiones simultáneas de las ibicencas recibían goles al tiempo que eran incapaces de sumarlos. Además, su rival rozaba la perfección, no bajaba la guardia y cada acción de ataque era ejecutada con tino. Incontestable.
Los últimos diez minutos fueron un paseo para las ibicencas. Mantuvieron el intercambio de goles con el Villaverde, entregado y frustrado de ver que por más que se esforzara en tareas defensivas su trabajo no surtía el efecto deseado. Todo esto en un pabellón lleno (unas 650 personas) y entregado a su equipo, que en las citas importantes siempre cumple y se crece. Es capaz de ponerse a la altura de quien haga falta, en esta ocasión de un conjunto de la máxima división de este deporte y que ha terminado rindiéndose a la evidencia y al balonmano alegre y atrevido de un Puchi al que no se le adivina techo y que llegará hasta donde se proponga a poco que la suerte le acompañe.
Frescas
Una de las cosas más sorprendentes era ver en los últimos minutos como el Puchi afrontaba la recta final del encuentro fresco y entero tras el esfuerzo ímprobo realizado en defensa mientras que su rival, menos exigido sobre la línea de seis metros, estaba fundido, desfondado y falto de aliento.
Las rotaciones, la gestión de los minutos y la calidad del banquillo fueron también determinantes para que las ibicencas se llevaran el partido, seguramente, tal y como dijo su entrenador, el mejor que jamás haya disputado el Puchi en la historia, que empieza a escribirse en mayúsculas desde este mismo momento.
Con esta victoria, las ibicencas han pasado ronda y disputarán, como mínimo, otro partido más en casa de la Copa de la Reina y de nuevo ante un rival de la División de Honor del balonmano femenino español, duelo que tendrá lugar en marzo del año que viene. La Federación dará a conocer próximamente la identidad del siguiente contrincante del equipo insular en la competición del k.o.