@Pablo Sierra del Sol / «No nos dejaron jugar. Ellos se vinieron arriba después de ganar el primer set. No pudimos poner en práctica lo que estuvimos planteando durante la semana». Marcelo de Stéfano se mostraba defraudado tras el término del encuentro contra el Can Ventura. Aún así, el argentino ha rescatado «la actitud de los chicos en el tercer set, que fue para aplaudir después de perder un parcial para el olvido como el segundo». Para el técnico del Ushuaïa, el apoyo de la gente fue fundamental para rascarle un parcial a los mallorquines, renta insuficiente para retener algún punto en Es Viver. «Estos partidos hay que saber jugarlos y nosotros no lo hicimos bien. Yo me hago cargo de la parte que me corresponde. Ellos fueron mejores, no se puede achacar la derrota al árbitro ni a ninguna excusa. El rival nos ganó justamente», ha dicho De Stéfano. Ahora les espera una semana para «revertir la mala actuación» antes de recibir al Vecindario en el segundo partido consecutivo en casa.
Marcos Dreyer era, en cambio, la otra cara de la moneda en la zona mixta: «No es normal que un equipo como Ushuaïa, que está haciendo una temporada espectacular, juegue dos primeros sets a ese nivel. Lo normal es lo que ha ocurrido después, con rachas buenas de cada equipo». El entrenador de origen brasileño llevaba semanas planificando este duelo. En un equipo hecho a base de talonario como el suyo no entraba en los planes caer, precisamente, ante Vecindario en los primeros compases de la Superliga y sumar los tres puntos en su visita a Ibiza era vital para sus objetivos de estar arriba en la tabla. «Cuando hemos saltado a la cancha se notaba que tenían la victoria en la cabeza, para un duelo así no hay que motivar a nadie. El aspecto anímico cuenta y nos ha salido bien el plan. Aunque ganáramos por diez puntos seguíamos con mucha tensión».