@Noudiari/ La fumata blanca ha llegado acompañada de una enorme sorpresa. El catolicismo ya tiene nuevo papa y no es ninguno de los favoritos, ni el italiano Angelo Scuola ni el brasileño Odilo Scherer. El nuevo pontífice es Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, quien ocupará la silla de San Pedro con el nombre de Francisco I. Cuando su nombre se ha anunciado desde balcón de la basílica de San Pedro de Vaticano la multitud ya reaccionado con un murmullo de estupefacción y sorpresa, ya que desconocían el apellido del nuevo papa.
Ha sido un conclave corto, de cinco votaciones y tras sólo dos días de deliberación. La fumata blanca se ha producido a las 19,07 horas, momento en que se ha producido la lógica algarabía entre los fieles que ocupaban la plaza de la basílica de San Pedro.
Jorge Mario Bergoglio, hasta ahora primado de Argentina, nació en la capital argentina el 17 de diciembre de 1936 y fue ordenado sacerdote en 1969. Es jesuita, hincha de San Lorenzo de Almagro y es el primer papa americano de la historia.
Las controversias del nuevo papa
Su nombre, además, ha estado envuelto en la polémica en diversas ocasiones. Así, el periódico argentino Página 12 publicó una investigación del periodista Horacio Verbitsky en el que ponia en cuestión su papel durante la dictadura militar (1976-1983). Hace dos años, Bergoglio tuvo que declarar ante el juez acusado por negarse a proteger a los jesuitas Francisco Jalics y Orlando Yorio, dos curas progresistas que en 1976 fueron detenidos por los militares aunque, posteriormente, fueron liberados.
No ha sido el último encontronazo que ha tenido Bergoglio en su país, ya que también ha tenido que declarar como testigo por la trama sistemática de robo de niños durante la dictadura militar; una testigo, Estela de la Cuadra, afirmó haberle enviado una misiva solicitándole ayuda para encontrar a su hija y aseguró que, por tanto, Bertoglio no podia alegar que desconociera los robos de niños.
La penúltima vez que Bergoglio ha ocupado titulares fue cuando manifestó su rotunda oposición a la iniciativa de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Según Bergoglio, que las personas homosexuales puedan carsarse forma parte de un «plan diabólico».
A pesar de estos episodios, se le considera un miembro del sector más reformista y aperturista de la curia romana, y se recuerda su trabajo en favor de los más pobres en su diócesis.