@Noudiari/ Que el Consell de Ibiza, que ostenta las competencias en materia de inspección y ordenación turística, está en una precaria situación en lo que se refiere a medios para el control de la oferta turística no es ninguna novedad, pero la situación es escandalosa cuando se le ponen cifras. Y es que la máxima institución insular cuenta solo con seis inspectores para trabajar en este ámbito, que tienen que controlar ya no solo las 90.000 plazas turísticas que se ofertan en la isla de manera legal, sino también y especialmente, las 50.000 que el Consell calcula que se están comercializando al margen de la ley.
A este número, habría que añadir las 9.760 plazas regladas en Viviendas Vacacionales a fecha diciembre del año pasado, que han crecido exponencialmente en los últimos años. De hecho en el año 2015, el Consell tenía constancia de un total de 912 viviendas en las que se ofertaban 7.039 plazas turísticas. En 2016 la cifra ya había alcanzado las 1.080 viviendas con 8.336 plazas. Según las estimaciones de la Federacón Hotelera, a esto habría que añadir las que están en trámite en el Consell insular: 1.350 viviendas turísticas vacacionales para ofrecer un total de 10.420 plazas. Con todo, las viviendas ascenderían a 2.430 con 18.756 plazas, aproximadamente 8 plazas por inmueble.
En varias ocasiones la institución ha denunciado la precaria situación en la que la mantiene la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la conocida como ‘Ley Montoro’, que impide a las administraciones locales contratar a más personal y aumentar el gasto en ese capítulo.
Y el problema ya no es solo la falta de inspectores para llevar a cabo una ardua labor (teóricamente a cada inspector le correspondería encargarse del control de 23.333 plazas turísticas), es que también sería necesario contratar a personal administrativo para llevar a cabo todo el procedimiento que hay detrás de las inspecciones y sanciones en materia turística.
La falta de control, la sensación de impunidad y el descontento de muchos residentes que ven como el turismo se está convirtiendo en su condena en lugar de repercutir en una mejora de su calidad de vida debido a problemas como la falta de vivienda o el encarecimiento de precios, se debe en parte, a la falta de control de la oferta, de campañas de educación y sensibilización dirigidas a los turistas y de refuerzos y mejoras de los servicios en los meses centrales de la temporada turística que el Consell insular sigue reclamando, en muchos casos sin éxito y que no puede llevar a la práctica por falta de personal y recursos económicos.
si los politicos pusiesen tanto interes en esto como en salir en la foto, problema solucionado…y no lo digo por los de ahora, lo digo por los de antes ahora y despues, lamentables