@Pablo Sierra del Sol / La suerte le sonríe a quien tiene pegada. Esa íntima relación se suele consumar en un deporte como el fútbol, donde diez minutos de inspiración te pueden conducir a la gloria o empujarte al fracaso. El Ciudad de Ibiza fue de los primeros esta tarde en su duelo contra el Llosetense.
Al equipo de Ibon Begoña no le ha hecho falta crear mucho juego para endosarle tres goles al quinto clasificado de la Tercera balear. Le bastó con enchufar la mayoría de sus ocasiones, lanzar contras mortíferas en los momentos decisivos del partido y, sobre todo, tener mucha fe.
Esa mentalidad ganadora es la que llevó a Adrián Ramos a hostigar a Mingo, el portero mallorquín, tras una cesión. El balonazo del meta impactó en el cuerpo de Ramos, que instantes después levantaba su brazo diestro, donde luce el brazalete rojo que le acredita como capitán del City, al cielo de Can Misses. La carambola había calcado el gol que Tamudo le metió a Toni Jiménez en aquella final copera entre Espanyol y Atlético del año 2000.
En la segunda mitad, el City pudo cerrar el partido, pero el larguero se interpuso en el camino de Luis Alberto Rondán.Los locales titubearon y el Llosetense enlazó unos pocos minutos de coherencia en el juego que le llevaron a encerrar a los vileros en su área.
El encierro acabó con un tiro al travesaño del equipo de Nico López. Rápidos en el contragolpe, Adrián Gallego culminó una jugada muy bien engrasada recogiendo un rechace en el área rival y marcando el tanto con el que sueñan todos los laterales derechos: aparecer de improviso frente a la portería rival y embocar a gol con la frialdad del mejor delantero.
Apenas tres minutos después, Adrián Rosa cometió un claro penalti que el Llosetense no supo anotar para reducir distancias. Carlos Pérez se encargó de parar el lanzamiento raso de Alomar y de lanzar otra cabalgada por la diestra que acabó con un rotundo cabezazo de Adrián Ramos que no solo se reencontró con el gol y con la tranquilidad, sino que se marchó con un doblete en su cuenta y con la sonrisa pintada en la cara.
No era para menos. El City por fin sabe lo que es la victoria en 2017 y, más que tres puntos, lo que se enchufó fue una buena dosis de optimismo. Creyendo como hoy, esta plantilla puede estar entre las diez mejores de Baleares al acabar la temporada.