@Pablo Sierra del Sol / Ants (que ha hecho cambiar la equipación del Puchi del azul al blanco), Bfit y Muchoticket son los tres patrocinadores principales del equipo de moda del deporte ibicenco. El HC Puig d’en Valls cada vez está en boca de más gente y, según reconocía su presidente tras el partido contra el Alcobendas, hay patrocinadores llamando a la puerta. Este club de cantera, donde el 80 por ciento de la plantilla se ha formado en la casa, entrando como benjamines o alevines y haciéndose jugadoras de balonmano categoría a categoría, necesita de esos recursos económicos extra para atacar el sueño del ascenso a División de Honor.
«Pero si subiéramos, el modelo es innegociable. Nosotros somos un equipo de base, que está ante todo, incluso del primer equipo. Tener tantas jugadoras de la casa es lo que marca la diferencia. La garra que tienen estas chicas, lo que se entregan en el campo, es lo que conecta con el público. Cada jugadora arrastra a un grupo de aficionados y eso llena la grada», explicaba José Antonio Ferrer Prohías.
El presidente de las santaeulalienses ya había disfrutado de algún partido donde 600 ó 700 personas habían insuflado calor y ánimos al Puchi. Pero esta tarde se han batido todos los registros. Cerca de un millar de aficionados han abarrotado un graderío que en la segunda parte ha empujado al equipo ibicenco, como reconocían las propias jugadoras. «Sin ellos, el Alcobendas nos habría ganado por mucha más diferencia», aseguraba Ana Ferrer. «No hay ahora mismo ningún otro club en la isla que mueva tantos aficionados», explicaba orgullosa Irene Carrión.
El ambiente es fantástico. En el tendido, trompeta y bombo marcan el compás de la animación. Nadie se corta un pelo para animar a las suyas. La hinchada grita en todos los sectores: en la pequeña grada supletoria que se coloca a pie de pista y donde se sientan los chicos y chicas de las inferiores del Puchi, y en la zona alta, llena de padres, madres, vecinos del municipio orgullosos y muchas caras conocidas del deporte ibicenco que no perdieron una oportunidad tan especial para vibrar con las azulonas, hoy, enfundadas en su nuevo disfraz de hormigas albinas.