@L.Aversa/Los políticos no se animan con el Lindy Hop ni en el Dia de Balears, ni ningún otro día, con toda seguridad. El Lindy Hop, ese alegre y saltarín estilo de baile adecuado al ritmo del swing se hizo un hueco a primera hora de la tarde en el Hipódromo de Sant Rafael, dando un giro de 180 grados a lo que manda la tradición para esta jornada festiva: trotones, ball pagès, discurso institucional y mercado tradicional. Así es desde hace años y así será. Sin embargo, hoy los acordes del grupo Long Time No Swing, que se subió al escenario después del discurso institucional del presidente del Consell, Vicent Torres, lo cambió todo.
Empecemos desde el principio. El Dia de Balears en el hipódromo de Sant Rafel comenzó como estaba previsto y como se hace desde hace años. El día de sol convocó a decenas de personas y aficionados a ver las carreras de trotones. El ball pagès, el desfile de carros y el mercado tradicional inauguraron la jornada. En la terraza y en el vestíbulo, las barras de bebidas se mostraban muy activas, como en todos los festejos, y en el interior del hipódromo había cola para las apuestas. Hasta ahora, todo normal.
El momento del acto institucional llegó a las 14.00 horas, con media hora de retraso, a la espera de que terminaran las carreras. Una numerosa representación de políticos de todas las instituciones y partidos, así como representantes de las fuerzas de seguridad y de la Iglesia, se sentaron en las sillas preparadas para el acto, que consistió en el discurso institucional del presidente del Consell, Vicent Torres.
Fue un discurso que apenas se pudo oír por el ruido de la gente que también estaba en el gran vestíbulo de entrada del hipódromo, aunque un poco más lejos de la zona de acto institucional. Torres tuvo que alzar la voz para terminar el discurso, que duró siete minutos. Una vez concluyó, los trabajadores de prensa y protocolo del Consell invitaron a levantarse a todos los políticos de sus sillas, donde habían estado poco más de diez minutos. Y es que el concierto que venía a continuación era para bailar. Muchos se miraron extrañados.
En pocos segundos se retiraron la sillas y los acordes de swing comenzaron a sonar desde el escenario. Poco a poco, experimentadas parejas de bailarines y bailarinas salieron a la pista. Ningún político se animó. Sólo Viviana de Sans ensayó unos pequeños pasos al ritmo de la música acompañada por el director de Movilidad, Andrea Di Terlizzi. El resto observaba la destreza de los bailarines desde afuera o se iba retirando del vestíbulo. Ya eran casi las dos y media, y junto al comedor, con el swing sonando de fondo, comenzaba a acumularse una gran cola de gente para la comida popular de la jornada.
Más allá de las novedades a ritmo de swing, la jornada transcurrió con normalidad. Sólo hubo un ‘pero’ en este día festivo. Los propietarios de uno de los solares ubicados frente al hipódromo criticaron la invasión de vehículos sin permiso. Ante la falta de organización del tráfico a primera hora, alguien quitó la cadena que impedía el acceso, y los coches fueron aparcando como si fuera un disuasorio. Nadie acordó con los dueños que ante una posible concurrida asistencia esto podría pasar. La situación indignó a los propietarios del terreno.