Queda poco más de mes y medio para el inicio oficial de la temporada turística en las islas Pitiusas y, a simple vista, todo apunta a que este verano se van a repetir los mismos problemas que la temporada pasada, e incluso en algunos casos se van a multiplicar.
Todo apunta a que la ocupación hotelera va a ser igual o superior que el año pasado, pero también todo apunta a que los pisos turísticos que navegan en esta ilegalidad -alegalidad criticada por todas las instituciones pero, sorprendentemente, amparada por el Consell Insular de Ibiza, también harán su agosto. Un agosto de dinero negro y de competencia desleal que a quien más perjudica es a los hoteleros que, religiosamente, pagan sus impuestos, reducen la tasa de desempleo y crean riqueza a la isla; y a los sufridos vecinos de aquellas comunidades que, por obra y gracia del propietario de turno, tengan que convivir con unos turistas con un ritmo de vida totalmente diferente y unos horarios más dispares todavía.
Esta extraña mezcla en edificios de viviendas provocará, en muchas ocasiones, problemas de convivencia»
Esta extraña mezcla en edificios de viviendas provocará, en muchas ocasiones, problemas de convivencia y, en algunos casos, requerirá la presencia de agentes de los diferentes cuerpos y fuerzas de seguridad que trabajan en la isla. Y esto nos lleva al segundo gran problema de la temporada: la falta de policías y guardias civiles.
Y es que, verano tras verano, la gran afluencia de turistas pone en evidencia que, por una parte, los ayuntamientos tienen que hacer un esfuerzo por contratar a más policías locales o turísticos y, por otro, el Gobierno central tiene que concienciarse de lo vital que es para esta isla disponer de esos efectivos extra especialmente para los meses de julio y agosto.
Pero por una parte los consistorios no hacen todo lo posible por tener más agentes. En algunos casos, como en San Antonio, los efectivos disponibles caen verano tras verano. En las últimas temporadas el equipo de Gobierno pone como excusa para esta inexcusable carencia la Ley Montoro (que se está convirtiendo en el cajón de sastre de las justificaciones presupuestarias de las instituciones), algo que contrasta con el hecho de que, ni siquiera, tiene la capacidad o la voluntad de cubrir las plazas que por ley le corresponden al municipio y para las que cuenta con un presupuesto sin necesidad de que el ministro de la sonrisa a lo señor Burns de los Simpson pueda decir nada. Hay que recordar en este sentido que tanto la Intervención municipal como la sindicatura de Cuentas ya han dado un toque de atención al Consistorio por su mala planificación de los recursos humanos, especialmente en lo referente a la Policía, lo que se traduce en un incremento desmesurado de las horas extras a abonar para poder dar un servicio más o menos decente a la ciudadanía (más menos que más en este caso).
El pasado verano seguramente se batieron todos los récords habidos y por haber de sanciones a empresarios…»
El pasado verano seguramente se batieron todos los récords habidos y por haber de sanciones a empresarios (esas manzanas podridas de las que habla algún edil), pero por desgracia los vendedores ambulantes, los famosos y a su vez temidos senegaleses, camparon a sus anchas y, tal era su impunidad, que hasta se permitían el lujo de mofarse y amenazar a los pequeños comerciantes que les plantaban cara. Y la culpa de esta situación, por descontado, en ningún momento fue de los agentes ya que se desvivían (los pocos que había por turno) por cumplir las órdenes que emanaban del Ayuntamiento. Los verdaderos culpables fueron (y seguramente este verano lo volverán a ser) los políticos que no se preocuparon o no supieron cubrir las plazas que por ley le corresponden a San Antonio ni, por descontado, las que efectivamente le hacen falta para poder dar un servicio de calidad a residentes y turistas.
Pero no sólo los gobiernos municipales son los responsables de los problemas de seguridad, el Ejecutivo central también tiene mucho que decir y, por desgracia, dice bastante poco. Desde Madrid se sabe año tras año, porque imagino que desde la Delegación de Gobierno de Baleares se lo harán saber tras las reuniones que mantienen cada temporada con los ayuntamientos, que los delitos se multiplican en los meses de verano en la isla de Ibiza y que es vital que los agentes que aquí trabajan cuenten con compañeros de refuerzo para poder llevar a cabo su excelente y peligrosa labor. Pero pese a saber cuáles son nuestras carencias dichos refuerzos llegan con cuentagotas y, en algunos casos, ni tienen vivienda (porque, como dije antes, aunque todas las instituciones están en contra de mezclar el uso residencial de las viviendas con el turístico, parece ser que el Consell Insular de Ibiza lo ampara y los precios se disparan), ni tienen un conocimiento claro de la problemática de la isla ni una formación mínima sobre determinadas leyes específicas relacionadas con el turismo.
Los problemas de seguridad se multiplicarán seguramente este verano por la aplicación de una nueva ordenanza municipal en San Antonio»
Los problemas de seguridad se multiplicarán seguramente este verano por la aplicación de una nueva ordenanza municipal en San Antonio que fija la hora de cierre de las terrazas a las dos de la madrugada. Si desde el Consistorio creen que, por cerrar a esas horas, los clientes, ya algo entonados, pondrán rumbo a sus hoteles o se encerrarán en los bares que haya abiertos, están muy equivocados. Se concentrarán y beberán en las mismas calles de siempre porque, aunque esté prohibido, no hay agentes de policía suficientes para hacer frente a este volumen de trabajo. Además, las prostitutas, carteristas y demás delincuentes harán su agosto en la zona ya que, al menos con las terrazas, se cuenta como mínimo con la vigilancia de los empresarios que tratan de proteger a sus clientes de esta fauna nocturna poco deseable.
A todo esto, por desgracia, habrá que sumarle el problema de los tiqueteros ilegales (que haberlos los habrá como todas las temporadas) y habrá que sumarle el problema de aparcamiento que se prevé que se multiplique esta temporada.
Hace poco un concejal aseguró en sesión plenaria que era un científico y que basaba su actuación en la premisa de ‘prueba error’. Pues bien, los experimentos, queridos políticos, con gaseosa y no con el dinero y la seguridad de los contribuyentes.
Sólo espero y deseo que, a final de temporada y con la cosa más calmada, los responsables políticos me den un gran “Zas en toda la boca” porque las cosas hayan salido de maravilla y nada de lo que afirmo en este apocalíptico artículo haya sucedido. Amén.
-estoy con tigo jose maria de llano
El problema no es sólo que falten policías (que faltan) es que las leyes que hay son demasiado benévolas y sale barato incumplirlas( en cuanto a hurtos, el tema de beber en la calle, prostitución, tiqueteros)…y aparte de benévola hay que hacerla cumplir y para eso hay que trabajar. En cuanto a las sanciones a empresarios por horario cierre, en algunos casos salen barato incumplir y el tema de venta de alcohol fuera de horario legal lo mismo (si hay un horario hay q cumplirlo, pero todos). El tema de la vivienda totalmente de acuerdo que está fatal (aunque en edificios de pisos no está permitido el alquiler vacacional si no lo aprueba la comunidad de vecinos) en principio. También espero que te equivoques y no sea una temporada tan apocalíptica,pero será complicado.
Que hombre mas inteligente , algo que todo el mundo ya sabia , gracias