@Pablo Sierra del Sol / La madre de José Cardona Ramón ha pasado bastantes horas de su vida cosiendo en casa. Esta forma de trabajo sumergido tan arraigada en Ibiza durante décadas hace tiempo que atrae la atención de este economista sanantoniense, autor de un artículo publicado en la revista International Journal of Scientific Management and Tourism donde analiza la historia de la moda Adlib, fuertemente influenciada por el desembarco de los hippies entre 1968 y 1974.
Cardona Ramón llega a la conclusión de que es un sector económico que no ha podido cobrar un peso específico en la economía de la isla. «Aunque es innegable que la ropa Adlib ha contribuido a crear una cierta imagen de Ibiza que se percibe desde el exterior, muchísima gente que visita la isla no conoce las marcas que desarrollan este tipo de moda o, ni siquiera sabe que se le denomina como Adlib», explica este investigador nacido en Buscastell.
Hermetismo entre la mayoría de diseñadores entrevistados
El investigador ha basado su trabajo en el estudio de los libros que han ido recogiendo la historia de esta moda en las décadas de los setenta, ochenta y noventa. Para acercarse a la realidad actual del sector textil ibicenco ha optado por elaborar encuestas y entrevistas a los creadores y propietarios de las firmas y tiendas que confeccionan y comercializan prendas Adlib. «Esa parte del trabajo no ha sido fácil», relata el economista, «porque sigue habiendo mucho hermetismo en un sector muy afectado por el individualismo que caracteriza a los ibicencos».
Según el artículo de Cardona Ramón, la gran mayoría de las empresas que se fueron constituyendo en las décadas del auge de Adlib, coincidiendo con las gestiones que hacía la madrina de esta corriente, la yugoslava Smilja Mihailovitch, «han desaparecido en su mayoría». «La profesionalización de este sector es evidente, sobre todo desde que se empieza a formar específicamente en esta materia en la Escola d’Arts a principios de los noventa, pero el desarrollo ha sido lento y muchos diseñadores han tardado en adquirir conocimientos de gestión para sacar adelante sus negocios.
Empresas de pequeño tamaño
Además, sigue habiendo una dispersión muy grande de marcas y creadores. Las empresas tienen, excepto tres o cuatro excepciones, un tamaño muy pequeño. Evidentemente, están en una situación de riesgo en el contexto globalizado en el que se encuentra la moda a nivel mundial», dice Cardona Ramón. El sanantoniense, profesor en la Escuela de Turismo de Ibiza, aunque actualmente reside en Sevilla, donde trabaja temporalmente como profesor de Márqueting, también ha constatado en su estudio que tras elaborar el diseño, la confección se hace mayoritariamente en talleres foráneos, los centros de producción que han ido sustituyendo al trabajo en negro que muchas mujeres ibicencas hacían desde sus domicilios. La necesidad de abaratar costes ha impedido que se creen grandes plantillas en las empresas que forman parte del Consell de la Moda Adlib, el órgano que utiliza la máxima institución insular.
Cardona Ramón también refleja la situación de amor-odio que este sector ha vivido con el Consell de Ibiza, principalmente debido a los cambios de color político en el gobierno. «Por un lado, vemos que la política siempre ha estado muy cerca de la moda Adlib. Que la primera pasarela que se celebró, en 1971, estuviera subvencionada por el Ministerio de Información y Turismo da fe de ello. Después, cuando el Consell asumió la promoción de estas firmas y la organización de los desfiles anuales y la Semana de la Moda se intentó impulsar su imagen fuera de la isla por medio de ferias a las que se asiste regularmente. El problema es que cuando ha habido alternancias entre derecha e izquierda en el gobierno, el sector ha notado los vaivenes porque el tipo de política que se quería hacer con la moda era diferente», dice Cardona Ramón.
Cardona Ramón quiere profundizar en el tema
El economista quiere profundizar en el tema en los próximos meses. Le gustaría encaminar sus pesquisas a analizar por qué la moda Adlib no ha llegado a convertirse en un sector con cierto peso en la economía insular, pese al gran apoyo económico que cuenta del Consell. Pone los ejemplos del calzado o las perlas en Mallorca, actividades que sí son importantes en ciertas zonas de la isla. «Uno de los problemas que ha tenido Adlib es que no se ha visto nunca como un sector económico ajeno al turismo. Siempre ha sido muy dependiente. Eso se debería al tamaño de nuestra isla. Ni siquiera el interior de Ibiza queda fuera de las rutas turísticas. Por eso, la moda que crearon e inspiraron los hippies al mezclar su filosofía de vida con elementos de la ropa tradicional ibicenca ha acabado siendo parte de esa imagen que tienen algunos turistas de la isla y no un sector con fuerza propia, igual que le podría pasar, en menor medida, a los mercadillos».
Si las subvenciones se dedican a pagar a agencias de comunicación para que les den premios falsos como los Dedales de Oro no sé qué otra cosa se puede esperar.
Desde luego, poco o casi nada se fabrica en Ibiza, pues los «maravillosos» modelos se confeccionan en Bali o India.Nada que ver con la época de Smilja, donde todo era verdaderamente ibicenco. Ahora se promociona tanto con ferias y viajes que nada reditúan, sino que se organizan para mayor gloria de unos pocos amigo/as, y sobretodo de la vice. Madrid, Barcelona, París, Londres y hasta México en perspectiva. Total, viajes, comilonas y hoteles de lujo, a cargo del contribuyente, incluido Dedal de Oro
Pues queda claro: no dejar a la derecha gobernar en mayoría el Consell y así de paso Moda Adlib xa rato…
Lo que deben hacer es quitar las subvenciones y de esta forma la gente se pondría las pilas porque estaría en juego su patrimonio y no el de todo los españoles, porque que yo sepa si un empresario se quiere dedicar a ser cocinero lo que arriesga es su patrimonio si esta gente quiere hacer trajes o vestidos que pongan en juego su patrimonio que lo más seguro que ganaran en competitividad y la gente compraría sus modelos .
Muy sutil el análisis económico, esto es un juguete que se pasan de consellería y tan solo sirve para alimentar egos y posturear a sus anchas con dinero público con los «amigos» de turno.
Si el economista cree que el calzado y las perlas es una actividad economica al alza en Mallorca es que no tiene idea de nada. Va muy equivocado el hombre.