Una experiencia (casi) religiosa
En la película Marea Roja (1995) de Tony Scott tiene lugar un curioso diálogo aportado por el mismísimo Quentin Tarantino en una reescritura del guión original no acreditada. En la escena, dos soldados se pelean a consecuencia de una discusión fundamental para los aficionados al género. Paso a reproducir el texto para que os hagáis una idea de lo perjudicados que estamos nos, los frikis:
–Rivetti, ¿qué pasa?
–Lo siento, señor. Es sólo una diferencia de opinión que se nos ha ido de las manos.
–¿Sobre qué?
–En realidad es demasiado ridículo para hablar de ello, señor. De verdad que me gustaría olvidarlo…
–Me importa un bledo que prefieras olvidarlo. ¿Por qué os estabais peleando?
–Le dije a Bennefield que el Silver Surfer de Kirby era el único y verdadero Silver Surfer. Y que el Silver Surfer de Moebius era una mierda. Y Bennefield es un gran fan de Moebius. Y la cosa se nos fue de las manos. Le empujé. Me empujó. Perdí la cabeza, señor. Lo siento.
–Rivetti, eres un supervisor. No puedes meter la pata así.
–Lo sé, señor. Tiene razón totalmente. Nunca volverá a suceder.
–Será mejor que no vuelva a suceder. Si veo otra vez un disparate así, voy a tener que informar sobre ti. ¿Lo entiendes?
–…
–¿Lo entiendes?
–Sí, señor.
–Tienes que dar ejemplo incluso ante la estupidez. Cualquiera que haya leído comic books sabe que el Silver Surfer de Kirby es el único y verdadero Silver Surfer. ¿Correcto o falso?
–Correcto, señor.
–Ahora fuera de aquí.
–¡Sí, señor!”
Pues bien, aunque un servidor reconoce el talento de Kirby, responsable gráfico de la criatura en primer término, y ya puestos, también la calidad de la brillantísima etapa de John Buscema en la primera serie regular del personaje, digamos que no pienso dejar que el belicoso Rivetti y su comandante se despachen tan a gusto con el primer trabajo del desaparecido Jean Giraud “Moebius” (Francia, 1938-2012) en formato comic-book americano que contó con los guiones del Mismísimo Padre Creador de Todos Ellos, Stan “El Hombre” Lee (EE.UU 1922)
Ambos coincidieron en una convención americana del medio, y tras manifestarse admiración mutua no dudaron en embarcarse en un proyecto conjunto que dio como resultado la mini-serie limitada de dos números Parábola protagonizada por Estela Plateada, denominación con la que conocemos por estos lares al Surfista de Plata (mención aparte merece la acepción El Deslizador Plateado utilizada en Latinoamerica…me encanta)
Puede que este personaje no sea el más deslumbrante ni el más conocido comercialmente del amplio abanico creado por el tándem Lee-Kirby, pero es sin ningún género de duda aquel donde el trabajo de escritor Stan más se aleja de su sencilla tónica habitual de “buenos contra malos” para volcarse con un misticismo casi religioso en la historia del atormentado alienígena del planeta Zenn-La. Con la finalidad de que su planeta no sea devorado por la entidad cósmica conocida como Galactus, el astrónomo Norin Raad se somete a su voluntad abandonando el hogar y a su amada Shalla-Ball para siempre jamás. Galactus le transferirá una pequeña parte de su poder cósmico convirtiéndolo en Silver Surfer, el heraldo que a modo de avanzadilla anunciará a los desafortunados planetas de la inminente llegada del devorador de mundos. Será aquí mismo, en la Tierra, donde nuestro héroe se rebelará contra su vasallaje con tal de proteger a la raza humana. Con la ayuda de Los 4 Fantásticos y el Vigilante conseguirá que Galactus abandone su empresa, pero se verá obligado a permanecer aquí, exiliado y sin posibilidad alguna de regreso a casa (estos hechos fueron narrados en los números de Fantastic Four 48, 49 y 50 fechados en 1966)
La popularidad del personaje ideado por Kirby alcanzó tales cotas que fue merecedora de su propia serie regular solo un par de años más tarde, en el 68, pero esta vez con el mencionado Buscema a los lápices y el inevitable Lee a cargo de unos profundos guiones experimentales que versaban sobre un personaje desdichado y torturado por los avatares de su destino. Finalmente, la visionaria prosa de Stan resultó demasiado exigente para el público de la época, y las ventas, que al final son las que mandan, le dieron la espalda. El primer volumen de la colección se clausuró en el número 18.
Dos décadas más tarde, “El Hombre” retoma al personaje compartiendo cartelera junto a uno de los dibujantes europeos mas grandes de todos los tiempos. En Parábola, Moebius se somete por vez primera a la metodología de trabajo “estilo Marvel”, que resulta ser diametralmente opuesta a la suya propia, algo que acepta de buen grado como un reto personal que le ayude a mejorar y crecer como artista aun a pesar de las limitaciones de la época para reproducir en los comic-books norteamericanos su característica amplia gama de colores habituales en los magazines europeos. En primera instancia, Stan le envía a Giraud un plot esquemático muy básico de la historia para ser abocetada (este fue precisamente el modo en que Stan descubrió la sorpresiva creación plateada de Kirby para Fantastic Tour). Una vez completo este “storyboard” y habiendo sido ajustado al número total de páginas, Stan Lee añadirá los diálogos a las viñetas. Moebius aprovechó la circunstancia para crear algo diferente y personalizado, dando como resultado un tebeo de trazo deliberadamente espontáneo que en Europa fue tildado de “formato americano”, mientras que en Estados Unidos se le colgó la etiqueta de álbum “a la europea”. Sea como fuere, el otrora máximo exponente de la creación literaria en Marvel Comics reverdeció laureles recreando una historia ambientada en un futuro no muy lejano que advierte sobre el peligro de los fanatismos y cuya relectura resulta, aun a día de hoy, incluso más fresca y reveladora que en la fecha de su publicación original (o al menos, así me lo ha parecido a mi) Por otra parte, la Estela Plateada de Moebius dista mucho del personaje de aspecto guerrero creado por Kirby, y se aleja también del canon más elegante establecido por Buscema en su serie regular. El Norin Raad de Moebius tiene un aspecto tosco y pesado cuando se esconde entre la población humana haciéndose pasar por un indigente, pero Giraud consigue elevarlos hasta hacerlo “flotar”, literalmente, en las escenas de acción donde se enfrenta de nuevo a un Galactus que, incumpliendo su palabra, regresa a la Tierra presto a saciar su voraz hambre de energía y a tomarse cumplida venganza por la humillación sufrida en su visita anterior.
Estela Plateada no cuenta con una adaptación cinematográfica propia, pero le podemos ver en Los 4 Fantásticos y Silver Surfer (2007), segunda película de la franquicia de la Primera Familia de los cómics en la que tiene un papel más que destacado; y aunque la peli no esté muy lograda, hay que reconocer que el surfista de plata es, visualmente hablando y con permiso de Gosth Rider (El Motorista Fantasma), el superhéroe más chulo que te puedes echar a la cara en una pantalla de cine, eso seguro. Y buena culpa de ello es atribuible, sin lugar a dudas, al injustamente denostado Silver Surfer de Moebius (y Lee) por parte del cazurro de Rivetti y su comandante.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios de malvivir, es el escritor (i)responsable de la Trilogía ibositana (2008-09-10) y de los guiones de la Webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13)