@Pablo Sierra del Sol / «Es la primera vez que jugamos contra un rival de tanto nivel, a parte de Castellón. Somos el único segundo que ha ganado su partido». Noel Cardona parecía tan agotado mentalmente como sus jugadoras, una piña azul al acabar el partido más duro del año, el que ponía más cosas en juego. «Si aquí ha sido difícil, imaginaos delante de su público. La eliminatoria está más difícil que antes de empezar. Pero viendo cómo ha sido el partido, acabar con más uno en el marcador hace que me vaya más que contento», ha explicado el entrenador del Puchi, que viajará junto a su plantilla el próximo viernes por la noche a Bilbao. De allí tendrán que coger un bus para alcanzar Logroño, donde se irán a dormir de madrugada y tendrán que concentrarse para dejarse la piel en el encuentro que se jugará a partir de las ocho de la tarde.
«Faltan sesenta minutos todavía, nada está hecho, pero es un pasito muy importante para nosotras», comentaba Irene Carrión, «que no hemos jugado nuestro mejor balonmano, pero si aun así hemos ganado de uno, a Logroño hay que ir a por todas. Ellas son súper fuertes. Estoy agotada, no podíamos poner más coraje ni ilusión por ganar». Esa decisiva cita, que da acceso a una fase final en formato liguilla, pero a una vuelta y en sede única, donde solo entrarán cuatro equipos, no se la quiere perder la catalana Cristina Morell, que volvía al parqué después de meses lesionada. Ella fue la que más lloró tras el bocinazo final.
«El equipo ha sabido responder en la segunda mitad. No hemos podido llevarnos una renta más amplia, pero el primer paso lo hemos dado. Allí nos van a apretar porque es una putada perder de uno, es casi peor que perder de más», ha dicho Morell, fichaje de invierno del Puchi y tiene papeletas para ser una pieza clave gracias a su altura y lanzamiento para subir a División de Honor si su maltrecha rodilla derecha la respeta en La Rioja y lo que pueda venir más adelante.