@Natalia Cárdenas / La huelga indefinida de los trabajadores de limpieza del aeropuerto de Ibiza, iniciada en la madrugada del lunes al martes de esta semana, empieza a mostrar sus primeros estragos. Las papeleras a rebosar, el suelo lleno de manchas, los baños sucios… Esta situación muestra una imagen que contrasta con lo que se deberían encontrar los viajeros al pasar por una aeropuerto tan internacional como éste.
Los trabajadores de limpieza llevan ya tres meses sin cobrar y van de camino al cuarto, ya que según les ha hecho saber AENA: «están intentando meter prisa para otorgarle la concesión a otra empresa pero dicen que aún pueden tardar de tres a cuatro semanas».
Mari Carmen Abellán, portavoz sindical y miembro del equipo de limpieza en huelga, revela que esta misma mañana un equipo de la empresa Valoriza, responsable de la concesión de servicios de limpieza del municipio de Eivissa, por encargo de AENA ha accedido a la planta superior del aeropuerto para vaciar las papeleras. «No deberían hacerlo, es nuestro trabajo y cumplimos con los servicios mínimos, lo que tiene que hacer es solucionar nuestro problema cuanto antes».
«A AENA sólo le importan los servicios mínimos, que son del 50% de la plantilla y los estamos cumpliendo, pero los trabajadores no les importamos nada, pasan de nosotros», afirma una de las trabajadoras de limpieza desde la terminal de salidas del aeropuerto, dónde han instalado su puesto de información y una hucha para aceptar ayudas. «Los pasajeros se solidarizan y dejan algo en la hucha, Guanyem nos dio 3.000 euros, el alcalde de Sant Josep también nos hizo una pequeña donación, pero AENA nada, y muchos de nosotros tenemos familias que alimentar, alquileres e hipotecas que pagar, el banco no admite retrasos y algunos compañeros han tenido que dejar el trabajo para buscar otro», añade.
De cuarenta trabajadores se han quedado en ‘veintipocos’, ya que muchos no han podido aguantar la situación y se han visto obligados a buscarse otros trabajos para ingresar algo de dinero cuando antes. «Aun siendo la mitad de la plantilla quieren los servicios mínimos de cuarenta, es decir, diez personas trabajando cuando nunca hemos sido tantos ni en periodos de máximo tráfico en el aeropuerto. Si antes eramos cuatro por la mañana limpiando, ahora hay dos. Imposible dar a basto cuando tenemos que limpiar todo el aeropuerto por dentro, las oficinas de AENA que son unas cuantas, los bomberos, la torre de control, la terminal de privados, la zona de los perros, los baños de los parkings de rent a car, etc.», afirma Mari Carmen.
Los trabajadores dicen sentirse abandonados e incomprendidos, «no sólo no nos ayudan con la deuda sino que además, tenemos que seguir pagando el parking que usamos para venir a trabajar, en lugar de tener un detalle y eximirnos del pago hasta que se solucione la situación».
A pesar de que la situación es asfixiante para ellos, no pierden la esperanza y esperan volver a la normalidad cuanto antes. «La deudora KLE hasta el momento de suspender las nóminas iba pagando de aquella manera, con atrasos e incluso nos deben días festivos trabajados por lo que algunos fueron a juicio contra ellos, pero sin resultado. Esperamos que la nueva empresa sea más cumplidora y podamos volver a la normalidad», sentencia Mari Carmen.