@V. R. / El Puchi ha conseguido la victoria por la mínima 27 a 26 sobre el Córdoba y ha logrado subir a la máxima categoría el balonmano femenino español, la División de Honor. Ha sido en un partido trepidante, con un final de infarto, por un gol nada más y ante un equipazo como el Córdoba.
Se ha visto el grupo andaluz desbordado por la defensa abierta que le ha planteado su rival, pero la mucha calidad que tiene en sus filas le ha permitido luchar por el triunfo hasta el final.
Más de mil personas han llevado en volandas al conjunto ibicenco hacia la victoria, pero han sido las jugadoras y el entrenador local, Noel Cardona, quienes han planteado problemas importantes al rival que este no ha sabido resolver con acierto.
La defensa 3-3 del Puchi ha roto los esquemas del juego de ataque de las andaluzas, a las que les ha costado un mundo conseguir posiciones de lanzamiento cómodas a pesar de la movilidad de algunas de sus jugadoras, como Alba Sánchez y Espe López.
Tenía el Puchi el antídoto al juego de finta y lanzamiento del rival, un esfuerzo ímprobo de piernas y el pulmón infatigable de Jillian. Con estos argumentos han conseguido las jugadoras locales detener no solo a estas dos jugadoras sino también a la espigada lanzadora Sise, a quien le ha temblado el pulso en los momentos importantes y decisivos del encuentro.
No se ha sentido cómodo el conjunto andaluz en ningún momento del encuentro, sobre todo a la hora de atacar. Solo a la contra se ha liberado de la pegajosa e intensa vigilancia defensiva a la que ha sido sometido por parte de las ibicencas. Por cuestión de centímetros, el Puchi no podía esperar a su adversario sobre la línea de seis metros o estaba liquidado. Así lo entendió su entrenador, Noel Cardona, que, como en otros partidos de esta fase, optó por entorpecer la circulación de balón del rival con un planteamiento abierto en la retaguardia.
Tenía el Córdoba bien estudiado al Puchi y sabía que si le daba la oportunidad de lanzar el contragolpe iba a sufrir, así que se lo puso también complicado replegándose a toda velocidad. El intercambio de golpes era constante en una y otra portería. Las guardametas intervenían también con acierto bajo los palos de ambas áreas y la igualdad en el primer acto fue total y absoluta (16-15).
Lo mismo sucedió tras la reanudación. No cambió el decorado. Misma defensa para las ibicencas y algo más de presión sobre las laterales saliendo desde los seis metros por parte de Córdoba. Las andaluzas situaron, asimismo, a Andrea Marín cerca de la zona central de la línea discontinua de su ataque para romper la muralla local con pase y va. A pesar de todo, el encuentro se mantuvo con diferencias escasas en el luminoso.
Mediado el segundo tiempo parecía que el Puchi se había atascado en ataque, pero su entrenador solicitó tiempo muerto para cambiar la dinámica y arrojar algo de luz sobre el oscuro horizonte que se adivinaba para su equipo si no se revertía esa situación. Mano de Santo. Regresó el Puchi a la cancha con las ideas claras para romper la línea defensiva y recuperar el terreno perdido en el marcador. Empezó entonces a sentar las bases de la victoria el cuadro local con la dirección de Ana Ferrer desde el central y la raza de Ainhoa García, que tomaba la responsabilidad cuando las cosas se ponían feas y había que anotar para que Córdoba no se marchara en el tanteador.
El tramo final del encuentro fue de auténtico infarto. Con más de mil personas en la grada gritando al unísono «sí se puede» para animar a su conjunto y darle, de este modo, los ánimos y el empujón definitivo que necesitaba para afrontar con frialdad los minutos decisivos. Fue el Puchi quien tuvo la cabeza mejor asentada en las postrimerías del duelo para gestionar los últimos instantes de manera favorable y dar el paso definitivo hacia la máxima categoría del balonmano femenino español.
Resultó tan igualado el tramo concluyente del partido que pudo ganar cualquiera de los dos o acabar en empate, pero la fortuna y la ambición quiso que fuera el Puchi quien se llevara la victoria, además del triunfo en la fase por delante de Castellón, segundo, y el ansiado pasaporte para jugar el curso que viene en División de Honor.
Nunca antes un equipo de Baleares ha jugado en la máxima categoría del balonmano, ni masculino ni femenino, y será el Puchi la campaña que viene quien abra el camino, quien debute en una competición con un altísimo nivel y en la que se medirá a los grandes dominadores de este deporte a nivel estatal. Desfilarán por la cancha de Santa Eulària algunas de las mejores jugadores del país e integrantes de la selección nacional absoluta. Todo un lujo para una isla como Ibiza, donde los seguidores de este deporte son legión.
Con el pitido final y el triunfo en poder de las de casa estalló en señal de júbilo el pabellón entero del municipal de Santa Eulària. La chquillería saltó a la pista para abrazarse con las jugadoras del primer equipo de la entidad de Puig d’en Valls y participar en la cancha, donde les gusta estar, de la gesta lograda por el equipo ibicenco. El trabajo de cantera, la fe y la ilusión de este club, muy modesto en todos los ámbitos, han tenido más peso que nada para conducir al grupo a la gloria, al escalón más alto jamás alcanzado por un conjunto de balonmano en el archipiélago balear.
No se lo creían las jugadoras locales, que se fundieron en un abrazo en el centro de la pista con un pabellón abarrotado rendido a sus pies, en alto y aplaudiendo a las protagonistas de la machada. El otro lado de la moneda, la cruz, para Córdoba, desolado por haberse quedado tan cerca de la División de Honor en un torneo en el que partía máximo favorito al ascenso y del que se marcha con un único punto en su haber, el logrado ante Oviedo, y la sensación de que el ascenso se le ha escurrido de las manos como un pez en el agua.
ENHORABONA CAMPEONAS, I ARA SES INSTITUCIONS, PATROCINADORS, COLABORADORS, SOCIS…ETC QUE ESTIGUEN AL NIVELL QUE ES REQUERIX…QUE NO PASI COM AL BASQUET O VOLEY O FUTBOL O….