Opinión: Ánimo Javi, por José María de Lamo

Siempre que algún medio de comunicación o ciudadano critica la labora de la concejala de Gobernación, Aída Alcaraz, o los tribunales le dan algún palo a su gestión con sentencias demoledoras, como en el caso de la contratación de Ángeles Gallardo, sus compañeros de equipo de Gobierno, troles y demás adláteres inundan las redes sociales asegurando que Alcaraz es una persona maravillosa y un auténtico encanto de mujer.

Y yo estoy casi seguro de que eso es así. Y digo casi seguro porque no tengo el gusto, el placer ni el honor de conocerla, por lo que no dispongo de suficientes datos para avalar ni desmentir mi afirmación. Pero al que sí que tengo el gusto, el placer y el honor de conocer es al Jefe de la Policía Local, Javier Verdugo, y por eso puedo afirmar con todas las de la ley (porque sí que tengo datos para realizar la afirmación) que es una persona noble, maravillosa, encantadora y, ante todo, profesional como la copa de un pino.

A Aída Alcaraz no creo que se le critique su forma de ser (repito que no tengo datos para juzgarla en ese sentido), lo que se le critica es su gestión y en eso, como cualquier hijo de vecino, sí que puedo opinar. Y considero que su gestión al frente del departamento de Policía es más que mejorable, especialmente en lo referente a la caza de brujas que ha emprendido contra Javier Verdugo.

Y es que somos muchos los ciudadanos de Sant Antoni que hemos asistido con total perplejidad al episodio de acoso y derribo que, por parte del equipo de Gobierno municipal, está sufriendo el Jefe de Policía.

Un acoso que sorprende sobremanera ya que, en sus muchos años ejerciendo esta función, Verdugo ha demostrado ser un agente ejemplar, cercano a la ciudadanía y muy querido. Una ejemplaridad que le ha sido reconocida con numerosas distinciones y con el respeto y admiración de los compañeros y jefes de los otros cuerpos y fuerzas de seguridad del estado que desarrollan su labor en la isla.

Ya antes de conseguir la plaza de Jede de Policía de Sant Antoni Javier Verdugo ejercía esta función al ser el oficial de mayor rango en el cuerpo, unos méritos que nadie le ha regalado y que se deben, únicamente, a su esfuerzo por mejorar y superarse.

Además, Javier Verdugo ha llevado sus responsabilidades mucho más allá desde que está al mando de la Policía Local. Todos recordamos con más o menos angustia el episodio de aquél individuo que, cuchillo en mano, recorrió varias calles del centro del casco urbano atacando indiscriminadamente a todo el que se cruzara en su camino. En lugar de quedarse en su despacho y dirigir desde allí la operación para detener a este individuo, Verdugo se puso del lado de sus hombres, fue de los primeros en acudir al lugar de los hechos y, poniendo en peligro su integridad física, ayudó a desarmar al agresor.

Este episodio es sólo uno más de la brillante trayectoria de Verdugo, una trayectoria que ahora se pone en tela de juicio por determinados intereses de los actuales gobernantes que los ciudadanos no logramos entender, quizás porque no han querido explicárnoslos o bien porque no hay nada que explicar y se debe todo a una mera estratagema política.

Lo que está claro es que gran parte del pueblo, por no decir la totalidad, está al lado de nuestro Jefe de Policía y le apoya en el calvario tanto personal como profesional que le está tocando padecer.

Personalmente, y por lo bien que ha desarrollado su labor en los últimos años y hasta que sus actos no me digan lo contrario, voy a estar siempre del lado de Javier Verdugo, y sinceramente me encantaría, también por realizar bien sus funciones, poder decir que estoy de parte de Aída Alcaraz. Pero mientras dure esta persecución sin sentido a este gran profesional me parece que eso no va a poder ser.

Por José María de Lamo