@L.Aversa/Ricardo Sanz (Madrid, 1958) chef del Grupo Kabuki y máximo representante de la cocina de fusión japonesa en España, ha presentado hoy su propuesta gastronómica para el restaurante Zela, el proyecto que comparte con los empresarios Abel Matutes Prats y Manuel Campos Guallar, y que ha abierto sus puertas en la avenida Vuit d’Agost, en Ibiza.
Sanz, cuatro estrellas Michelin, explica que a la isla traerá su concepto de Kabuki, que «mezcla de la cocina japonesa con mediterránea y de todo el mundo». «Hasta tengo un sushi de carne con chimichurri o un maki de hongo de maíz de huitlacoche con quesadilla, un plato típico mexicano. No nos ponemos fronteras», asegura el chef, que incluirá una carta con mayor variedad para ofrecer en Ibiza «porque aquí hay un público más cosmopolita y hay que atender a todo el mundo». Con el sushi y el sashimi como protagonistas, también va a incluir pescados de la isla.
Propietario de diez restaurantes, cuatro reconocidos con una estrella Michelin cada uno, Sanz explica que tiene que visitarlos todos, y que por ello dejará a cargo del restaurante de Ibiza al chef Víctor Planas.
«Vendré lo más que pueda porque Ibiza es un paraíso, si te acuestas pronto, claro, porque sino puedes acabar con dolor de cabeza», bromea Sanz, que ha venido en la isla pocas veces, sobre todo en sus años de juventud.
Michelin, un premio complicado
Sobre las estrellas Michelin, explica que «un restaurante trabaja para que el cliente tenga una buena experiencia y vuelva». «Entonces, si a raíz de ahí te dan una estrella Michelín, perfecto», añade. Aún así, el chef advierte de que «es un premio complicado». «No es un Óscar, te lo pueden quitar y sienta muy mal cuando te lo quitan», afirma.
Para Sanz, lo más importante es tener «el favor del público, que es el que mantiene el restaurante».
Sobre la época dorada que está viviendo la figura del chef, Sanz celebra que sea así porque antes los cocineros «trabajaban en una cueva». El chef se muestra a favor de todo lo que ayude a «subir el nivel de la cocina y a promover la cultura gastronómica».
En este sentido, matiza que si bien el nivel alto de la cocina española «está en la primera fila mundial», es necesario «subir el nivel medio».»Luego para tomarte un buen café o un buen pincho de tortilla es complicado, no es tan fácil. El nivel medio hay que subirlo», insiste el chef.
Según Sanz, la promoción de la gastronomía es fundamental para países turísticos como España. «De todos los turistas que vinieron el año pasado, diez millones vinieron a comer», concluye.