@Ben Clark/ En cuanto al amor, uno de los problemas principales es demostrar que existe. ¿Qué es el amor? ¿No es acaso una fe, una creencia, un dios sin templos que nunca responde? ¿Quién ha visto el amor, tocado el amor, fotografiado el amor? Los enamorados dirán que existe, sí, pero algo muy parecido gritan los hombres-bomba poco antes de detonar su chaleco de explosivos. No. En el amor no sirven los testimonios. Entonces, si no existe, ¿qué es el amor? Puede que nada, puede que una forma de darle sentido a la cueva, a las paredes de paja y adobe, a las ciudades de hormigón. Dios es amor, nos dicen siempre, pero lo más probable, dado el número de fieles, es que el amor sea dios. Un dios con poca paciencia y bastante guasa, un dios enganchado al bingo y al tabaco mentolado que sacaba cincos en Historia y nueves en Lengua y que nunca tuvo novio ni novia. Pero decíamos que no existe y, si uno se lo plantea en frío, un miércoles cualquiera a las once de la mañana delante de una taza de café regulero, será muy difícil sostener lo contrario. Al fin y al cabo, la literatura no es más que un cuento y Romeo y Julieta pierden mucho swing si piensas que no fueron más que algo que se le ocurrió a un tipo un día.
En la naturaleza no hay amor, no hay más que células en busca de alimento.
Pero habrá quien se escude en su propia experiencia, habrá quien diga, quien afirme, quien grite “¡Pero yo amé! ¡Sé que amé y fue verdadero!”. Por desgracia no nos vale. El pasado, en ese sentido, se parece mucho a la literatura –si es que el pasado y la literatura son realmente cosas distintas– y quien afirme que ama ahora, en este instante, tiene, desde luego, un argumento en apariencia más convincente. Pero no tardaremos mucho en descubrir que no ama ahora: ama en el futuro, ama el tiempo que proyecta junto a su amor y, en ese sentido, sueña como sueñan los presos y los cazadores. Y soñar con el amor no prueba su existencia.
¿Qué hay del amor, entonces? ¿Existe o no existe? Pues, como todo, depende. ¿Eres capaz de vivir en un mundo cuya fuerza motriz es el hambre, la necesidad de devorarse los unos a los otros? En la naturaleza no hay amor, no hay más que células en busca de alimento. Si aceptas esto podrás aceptar que el amor no existe y es probable que sobrevivas un tiempo. Sin embargo, si te lanzas a la fe, si te radicalizas en el sentido más radical de la palabra, si confías en que el amor es la razón de todas las cosas, te auguro una vida larga y serena, como la que dicen que viven ciertos ermitaños que se alimentan de raíces y de agua de lluvia, como dicen que viven los peces ciegos que nadan sin luz en el lago que hay oculto, bajo el desierto del Namib.