¿Cuándo se debe dejar al niño en casa y que no vaya al colegio por enfermedad? ¿Qué criterios debemos seguir? ¿Cómo prevenir los contagios?
Estas y otras dudas son las más solicitadas a los pediatras por parte de los padres.
Además de las cuestiones sanitarias existen otros factores que presionan a los padres respecto a la decisión o no de llevar al niño al colegio, como es el hecho de no poder faltar al lugar de trabajo. Estos factores impiden a veces tomar la decisión correcta.
No existe un manual que diga cómo actuar exactamente en cada caso, pero desde la Unidad de Pediatría de Policlínica Nuestra Señora del Rosario aconsejamos que el niño se quede en casa cuando la enfermedad le impida participar de manera confortable en las actividades diarias. También cuando los cuidados que requiera no se puedan aportar por el personal docente, sin poner en riesgo la seguridad del menor y /o la salud de los otros niños. Si el pequeño presenta manifestaciones como fiebre, letargo, irritabilidad, llanto persistente, dificultad respiratoria o algún otro indicio de enfermedad grave, son signos de alarma por los que debe acudir a urgencias.
Queremos hacer especial hincapié en los más pequeños, sobre todo de 0 a 3 años, porque son los más propensos a sufrir infecciones, tanto por la ausencia de contacto previo con los agentes infecciosos como por la inmadurez del sistema inmunológico.
Vamos a enumerar una serie de casos que consideramos de exclusión de la escuela, sin que sirva de manual, ya que la última palabra siempre la debe tener el pediatra, tras una revisión del menor:
- Casos de diarrea líquida en dos o más ocasiones.
- Vómitos en dos o más ocasiones en ls 24 horas previas, salvo si se advirtió que el vómito está causado por una enfermedad no transmisible y el niño no está en peligro de deshidratación.
- Úlceras orales asociadas a babeo, salvo que el médico del niño asegure que no tiene un cuadro infeccioso.
- Infección por E. Coli, o shigella, hasta que desaparezca la diarrea y dos cultivos de excrementos sean negativos.
- Conjuntivitis purulenta, definida como una conjuntiva rosada o roja con secreción blanca o amarillenta, a menudo con los párpados adheridos después del sueño y dolor ocular o enrojecimiento de los párpados o de la piel que rodea al ojo. +
- Tuberculosis
- Impétigo
- Faringitis
- Pediculosis, hasta después del primer tratamiento.
- Escabiosis
- Varicela, hasta que todas las lesiones se hayan secado y encostrado
- Tos ferina, en un lapso de 5 días después de haber completado el tratamiento
- Parotiditis, 9 días después de comenzar la tumefacción de parótidas.
- Sarampión, 4 días después de haber comenzado la erupción
- Infección por virus de hepatitis A, por lo menos una semana después de comenzar la enfermedad o la ictericia (si los síntimas no son muy importantes):
No son motivo de exclusión:
- Conjuntivitis no purulenta
- Erupción cutánea sin fiebre y sin cambios del comportamiento
- Portador de Hepatitis B (salvo posibles excepciones)
- Infección por HIV
- Infecciones respiratorias de vías altas con tos moco, pero sin fiebre ni afectación del estado general
- Erupción por parvovirus B19 en sujeto inmunocompetente.
- Infección por citomegalovirus
Ante cualquier duda siempre recomendamos la consulta con un especialista, que dará las pautas correctas.
Policlínica Nuestra Señora del Rosario ofrece servicios de pediatría en Eiviconsulta (Vía Romana, s/n) y en San Antonio (C/ Estrella, 9).
UNIDAD DE PEDIATRÍA DE POLICLÍNICA NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
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