@Noudiari/ Tras una misión exitosa de 24 días en el espacio, los tripulantes de la nave soviética «Soyuz XI» se disponían a aterrizar; era el 30 de Junio de 1971. Esta no había sido una misión más, sino la que marcaría un hito en la historia mundial de la Astronáutica y se recordaría como la primera vez que seres humanos habitaban una base espacial.
La base «Yantar» había albergado por más de tres semanas a los astronautas Dobrovolsky, Vlokov y Patsayev. Con la satisfacción del deber cumplido hacían lo últimos ajustes con la base de Tierra para efectuar el descenso en la superficie terrestre.
Aunque la transmisión era entrecortada y un poco difusa, todo iba conforme a lo programado por lo que no había nada de que preocuparse.
-“Aquí Yantar – dijo Dobrovolski – todo va perfectamente a bordo. Estamos en plena forma. Preparados para el aterrizaje. Ya veo la estación. Brilla el Sol.”
“Hasta ahora Yantar – respondió el control en la Tierra – pronto nos veremos en la Patria.»
“Inicio maniobra de orientación.»-
La comunicación se vio definitivamente interrumpida y unos instantes después el módulo se posaba sin más dificultades sobre suelo soviético. La alegría se hacía sentir en el personal de Tierra, que rápidamente acudió a abrir la escotilla para saludar a los tres camaradas cosmonautas. No tardaron en felicitar a los tripulantes que aunque inmóviles, sonreían, a sus butacas sujetos.
Pero la sorpresa no se hizo esperar, fue demoledora para el comité de bienvenida: los camaradas astronautas estaban muertos. Sonrientes, pero muertos.
Inmediatamente se teorizó acerca del fallo que había desembocado en tal tragedia. Tal vez desperfectos en el cierre de seguridad de la escotilla, o la pérdida de alguna pieza importante que hubiera provocado descompresión, o la despedida de algún gas tóxico dentro del módulo. Todas las posibilidades eran tenidas en cuenta pero no lograban detectar el error, la estructura se encontraba en perfectas condiciones y las autopsias no develaban hemorragias internas.
¿Acaso habrían presenciado algo «inexplicable» durante la pérdida de contacto con control que les provocara la muerte ? Aunque habían sido escasos minutos, los astronautas podrían haber visto una «luz» o «algo» repentino que les provocara la muerte…pero…y la sonrisa?. Lo de siempre, cuando no se encuentra una respuesta racional, entra en juego lo «desconocido«.
La misión «Soyuz XI» quedó cubierta por un manto de misterio y duda hasta que el médico de origen turco, Gultekin Gaymek, expuso las causas de tan «alegre muerte«.
La atmósfera experimenta fuertes descargas eléctricas en ciclos determinados. El «Soyuz XI» al cruzar la ionósfera, las recibió durante instantes prolongados, electrizando mortalmente a sus desprotegidos tripulantes. Los astronautas sufrieron una «alcalosis«, una alcalinización de los tejidos y sangre, que les provocó un paro cardíaco fulminante. El exceso de anhídrido carbónico en el flujo sanguíneo produce un rictus facial, que contrae los músculos de la risa, de ahí la «alegría manifiesta» de los fatídicos viajeros siderales.
Este extraño suceso incentivó a los investigadores a aplicar mejores sistemas de aislación a los módulos espaciales y a perfeccionar el traje de los astronautas, las dos principales causas del tragicómico desenlace.
Diego Pikabea, carpintero, artista, pintor de lienzos y de almacenes, uruguayo en Eivissa y amante de la cultura pop. ‘Fuera de órbita’ es su espacio en Nou Diari y Antílopes en la Luna su blog.