@Guillem Romaní / La primera victoria del Formentera en casa llegó, como pronosticaban técnico y jugadores que iba a ser más temprano que tarde y, decían, como lógico resultado del juego que estaban desarrollando en los últimos partido, 1-0. Y no fue del todo así, pero llegó al fin y al cabo. Lo hizo en uno de los partidos más feos y espesos del equipo local, tal y como reconocía su entrenador, Tito García Sanjuán, en sala de prensa. Cayó por fin ese triunfo, del que se espera un soplo liberador. Fue un día con mucho viento que no favorecía el juego de toque, un día con menos público de lo habitual y un día en el que se sumaron nuevos jugadores a la enfermería local.
Dudas
Los jugadores saltaron al campo con la duda de cómo iba a influenciar en el toque del balón el viento que soplaba con fuertes rachas. Así, tras los primeros escarceos de uno y otro bando, el primer equipo que pareció asentarse en el campo, quizás por su condición de local y conocedor de los vientos en el Municipal de Formentera, fue el equipo rojinegro, que lo probó en el minuto 12, el 15 y el 17 con un gol bien anulado a Bonilla por un claro fuera de juego.
Pese a las contras de los ilerdenses, el ataque del Formentera siguió con persistencia y sobre el minuto 23, el marcador no funcionó durante la primera parte, un saque de esquina botado desde la izquierda fue rematado de cabeza por Javi Rosa, consiguiendo el que a la postre sería el único gol del partido y por tanto el tanto de la victoria.
El Formentera se vio entonces en esa tesitura de reciente mal recuerdo tras haberse adelantado contra Bilbao y Mallorca y recibir el empate a los pocos minutos. El partido se animó porque el Lleida vio que jugando como lo estaba haciendo, muy poco, y con el marcador en contra, puntuar iba a ser complicado para un equipo que aún no había perdido como visitante en lo que iba de Liga.
Pero los de la Terra Ferma no sabían sacudirse de encima los buenos momentos de juego del Formentera, que merodeando el área rival tuvo posibilidades de ampliar la ventaja en dos jugadas confusas en territorio rival, jugadas en las que el público reclamó penalty, aunque por puro vicio.
Más bajas
Por si eso fuera poco Dailos tenía que retirarse poco después de la media hora de juego con un posible esguince tobillo. La gran ocasión de los visitantes llegó justo cuando acaba la primera parte, en una jugada bien trenzada cuyo remate detuvo Contreras. Pero uno de los atacantes aprovechó que el meta estaba en el suelo para darle un ‘envión’, tarjeta para él y para Samu por protestar.
Tras el descanso, el Formentera pareció salir con iguales ganas y en los tres primeros minutos tuvo un par de ocasiones, como el nuevo remate de cabeza de Javi Rosa que tras una falta envió el balón demasiado alto. Con el partido en una dinámica similar a la de la primera parte, en el minuto 8 el entrenador visitante decidió un doble cambio para ganar mordiente arriba, Manu Molina y Jorge Félix sustituyeron a Lázaro y Musa y comenzó otro partido.
El Lleida presionaba arriba y en algunos momentos asfixió al Formentera, que sacaba balones largos con pocas posibilidades de jugarlos. El match se puso feo y García Sanjuán, el mister local, dio entrada a Gabri por un Riera que había peleado mucho pero sin suerte. Y poco después Juan Antonio tenía el 2-0 en la punta de las botas, pero remató con pierna cambiada una pelota franca centrada desde la derecha. Un minuto después era Omar el que chutaba flojo a las manos de Diego Rivas, el meta visitante.
Sobresaltos
Tras el cambio de Agus por Juan Antonio, que había tenido calambres y había recbido un golpe en los gemelos, el Lleida presionó de forma más clara y en el 33 Bojan enviaba fuera una pelota que parecía fácil, y en el 35 Marcos Contreras ponía el susto en el corazón de jugadores y seguidores locales al despejar muy mal un córner que casi estuvo a punto de meter en su propia portería.
El partido estaba lanzado, quedaba poco por jugar, el cansancio se notaba y unos buscaban desesperadamente el empate para no romper su racha de invictos como visitantes mientras que el Formentera buscaba el segundo, el gol que les certificara su primera victoria en casa. Y Álvaro casi pudo conseguirlo, pero mandó el balón alto.
Y el auxiliar levantó el cartel de 4 minutos de prolongación. Y la afición renegó del árbitro. Y a los dos minutos pedían tiempo. La pelota iba y venía, nadie jugaba, pero la pelota corría y tras despejes altos, fallos en el pase y… el árbitro pitó. El Formentera estrenaba el casillero de victorias en casa.