La red de abastecimiento está formada por un sistema de obras de ingeniería concatenadas que permiten transportar el agua potable hasta las viviendas de una ciudad, pueblo o área rural con población relativamente densa. No obstante, hay núcleos en la isla donde se suministra agua no potable.
El inicio tiene lugar normalmente en los depósitos reguladores y consta de:
-Tuberías principales, secundarias y terciarias
-Válvulas de corte y/o reguladoras
-Dispositivos de medición para controlar los volúmenes, tanto a gran como a pequeña escala.
-Derivaciones domiciliarias. Estas son las acometidas a las viviendas de los usuarios
El material utilizado puede ser polietileno, plástico (PVC normal u orientado), hierro o fundición. Mención especial merece el fibrocemento que se está empezando a sustituir por otros materiales pues en su manipulación puede producir asbestosis, que deriva en fibrosis pulmonar.
Las redes de distribución son normalmente de propiedad municipal, aunque aún quedan algunas redes privadas en uso como en algunos núcleos residenciales de es Figueral. La explotación y mantenimiento se concede mediante concurso a empresas especializadas y es en esas subastas donde se puede apreciar el volumen de negocio en juego pues la pelea por hacerse con ellas es encarnizada.
Es preciso hacer notar que la privada no es la única alternativa pues también podría establecerse un acuerdo mixto (privado-público) o una gestión municipal. Actualmente hay tres municipios que tienen cumplido el plazo de adjudicación, no han sacado aún a concurso la nueva licitación y no han llegado a consensuar el sistema de explotación que prefieren. Puede ser que sus vecinos prefieran un régimen distinto al que se ha adoptado hasta ahora y convendría hacer una consulta acerca de ello.
Llama la atención el nivel tan bajo de rendimiento en las redes de Ibiza. Es fundamental definir responsabilidades y poner límite a semejante despilfarro. También es preciso regular con las correspondientes normativas municipales dónde termina la responsabilidad de las empresas de distribución pues en algunos casos es después del caudalímetro medidor del consumo y en otros sólo llega hasta la llave de acera previa al contador. Precisamente de este contador salen los recibos de agua al cliente que no solo reflejan el consumo sino que llevan aparejados unos impuestos, municipales y autonómicos, que no acaban de verse repercutidos en el mantenimiento de las redes.
La red de saneamiento tiene como objetivo recoger el agua contaminada y conducirla hasta los sistemas de depuración y tratamiento. Comienza en las viviendas desde donde se lleva a través de la acometida domiciliaria hasta la red o alcantarilla. Estas redes se van uniendo entre sí hasta formar un colector principal que es el que transporta hasta las depuradoras. El material suele ser hormigón (ya en desuso), PVC, polietileno y en algún lugar fibrocemento del que hablamos antes.
Los problemas que tienen estas conducciones suelen ser los malos olores producidos en las redes y que, a través de las tapas mal selladas, llegan al exterior. También están los atascos producidos por el exceso de materia sólida, que impide el libre discurrir del agua y que hace que rebosen las alcantarillas. El aumento de población estival, los vertidos en franjas de tiempo muy estrechas y la falta de modernización de las redes, producen estos atascos que, dependiendo de la diligencia de la reparación, pueden ser de mayor o menor calibre.
Las canalizaciones discurren por gravedad; esto es, van de una cota superior a una inferior y cuando esta cota está por debajo del colector principal, se impulsan mediante estaciones de bombeo. Aquí hay un problema de consideración pues al estar cerca del nivel del mar, cuando hay atranques en las bombas el derrame es grande y en lugares muy comprometidos. Es inevitable incidir aquí en el enorme perjuicio que produce en las conducciones y bombeo la existencia de lo que se denomina el “monstruo de las alcantarillas”; la ingente cantidad de compresas y, fundamentalmente, toallitas que son arrojadas al retrete y que bloquean a menudo el sistema. Es fundamental una campaña de concienciación.
La responsabilidad de las redes de saneamiento es municipal y como en el abastecimiento su explotación es privada. Normalmente es la misma empresa la que gestiona las dos etapas. También existen las conducciones desde urbanizaciones hasta las depuradoras cuyo responsable es ABAQUA. En ciertos sitios (turísticos sobre todo), la pestilencia generada por la impulsión y conducción de las aguas residuales, sólo es comparable a la dejación de deberes por parte de la institución que sume a zonas importantes de la isla en un hedor insoportable dejando una nefasta imagen.
La solución a estos problemas pasa por la renovación de las conducciones, la exigencia a las instituciones pasivas y la concienciación activa y constante.
Por ADAR, Asociación en Defensa del Agua y del Reciclaje.