@Guillem Romaní / La SD Formentera cierra una gran primera vuelta con una justa victoria por 1-0 ante el Peralada y se comerá los turrones a mitad de la tabla y muy alejado de la zona de descenso. En un encuentro trabado que no bronco, los locales se adelantaron en el marcador en el minuto 9 con un gran gol de Bonilla tras jugada muy bien trenzada por los bermellones. Era la primera llegada a puerta con atisbo de peligro y eso serenó un poco los ánimos locales.
Porque de entrada, el Peralada, filial del Girona que milita en Primera División, comenzó corriendo mucho y presionando arriba; los locales sacaban el balón de las cercanías de su área con poco criterio, rifándolo o lanzando pelotazos que sus delanteros no podían aprovechar. Ni tan siquiera el gol cambio el guión del partido en una primera parte de juego deslabazado, con apenas llegadas de los visitantes y con un Formentera que, una vez más, trenzaba bien las jugadas pero que, al borde del área, en el último pase, no concretaba.
En la segunda parte el Peralada decidió cambiar de estrategia y al salir de los vestidores, Arimany y Eric Montes sustituyeron a Estellés y Ranera. Era una apuesta por el ataque con un tanque como Arimany para batirse el cobre, especialmente en el juego aéreo, lo que, combinado con la potencia y velocidad de Soni, auguraba peligro para la meta defendida por Marcos Contreras.
Lo cierto es que la única ocasión clara del Peralada fue en el minuto 64 y el meta local solventó sin apuros la situación; dos minutos después, una falta lanzada desde la izquierda cruzó el área sin que ni los verdiblancos remataran ni los bermellones despejaran. Y tres minutos después, Soni cruzaba flojo un disparo a la izquierda de Contreras.
Por su parte, el Formentera sustituyó en el 67 a Joseba dando entrada a Gabri para ganar velocidad de medio campo hacia adelante y, en el 74, tuvo la mejor ocasión. En una jugada bien elaborada por el centro del ataque, Nando se quedó solo ante el meta visitante aunque ligeramente escorado, lo que permitió a Gianni atajar el balón que hubiera supuesto el 2-0 y la sentencia del partido.
Quedaba un cuarto de hora en el que el Peralada lo intentó todo y, con más ganas que juego, quiso meter al Formentera atrás, pero los locales salieron varias veces a la contra sin que el marcador se moviera. El entrenador local paró el juego en el minuto 80 para dar entrada al jugador del filial, Jordi, en el puesto de Omar, ya que sólo tenía dos jugadores en el banquillo amén del portero, Gabri y el mencionado Jordi.
Cuando el árbitro pitó el final, muchos jugadores locales corrieron hacia los vestuarios porque comenzaban las vacaciones, hasta el día 28, y muchos tenían que coger el barco a las dos y media de la tarde, al igual que el propio entrenador, Tito García Sanjuán, que se comerá los turrones con el equipo a media tabla y la satisfacción del trabajo bien hecho.