@V. R. / A falta de cinco jornadas para que acabe la Liga balear de Tercera División, la Peña Deportiva de Santa Eulària acaricia con la yema de los dedos la gloria y esta próxima jornada podría cantar el alirón si gana al Montuïri en casa y el Poblense empata o pierde en su visita al terreno de juego del Mercadal menorquín. El torneo enfila su recta final con el primer puesto decidido en favor de un equipo, la Peña, que no ha dado opción a sus rivales y que ya entona el alirón.
La alegría va por barrios y en Can Misses las cosas se ven desde otro prisma muy diferente. El conjunto de Can Misses cayó esta pasada jornada en casa ante el Formentera y se encuentra en una incómoda cuarta plaza por la cola que le condenaría al descenso, puesto que todo indica que esta temporada bajarán de categoría hasta cinco equipos como consecuencia de los descensos de los clubes de Balears que juegan en Segunda B.
Al Isleño las cosas le han ido de mal en peor este curso y los problemas se han convertido en una enorme bola de nieve que, además, a cada jornada adquiere mayores proporciones. Antes del partido con el Formentera se vivió en el vestuario «un acto de indisciplina grave» por parte del delantero Franco, que al verse fuera del once inicial cogió la puerta y dejó a sus compañeros y al club plantados, según la versión ofrecida por la entidad.
Más cerca del play-off
Mejor le van las cosas al Formentera, que poco a poco va dejando atrás un pésimo arranque de 2013 que a punto a estado de dar al traste con su objetivo de alcanzar el play-off de ascenso a Segunda División. Todavía no lo tiene en el saco, pero cuando quedan 15 puntos en disputa cuenta con seis de ventaja sobre el quinto clasificado, un colchón que bien administrado debe servir como renta suficiente para sellar su participación en la fase de ascenso.
No puede dormirse, sin embargo, como hizo en la primera parte del encuentro ante el Isleño, cuando dio una imagen pobre y fue un equipo irreconocible, puesto que no podrá levantar todos los partidos como hizo en este después de ir por detrás en el marcador y gracias a un segundo tiempo de quilates.
Un reto sin presión
Por su parte, el San Rafael de Vicente Román no abandona el sueño de jugar la fase de ascenso, palabras mayores en un equipo cuyo objetivo pasaba a principio de curso por la salvación. Es difícil no penbsar en este reto cuando lo tienes a tiro de piedra, a cuatro puntos nada más, como le ocurre a la escuadra rafaler. Lo malo es que el sábado dejó pasar una inmejorable oportunidad de asomar la cabeza en el grupo de vanguardia y este tipo de trenes pasan con muy poca frecuencia.
No liquidó al Montuïri cuando lo tenía todo a su favor por falta de acierto en el remate. Se mantiene, sin embargo, como un aspirante más que juega, además, sin presión alguna, una ventaja importante cuando se acercan los partidos decisivos.