@V. R. / Quedan solo 12 jornadas para que acabe la Liga de Segunda División B y Formentera y Peña están a dos y cinco puntos de la salvación, respectivamente. La parte final del torneo se presenta, por tanto, como un reto apasionante para ambos. A partir de ahora, cada punto vale su peso en oro. No queda margen para el error ni tiempo para enmendar fallos. Cada partido adquiere desde este momento el valor de una final.
Solo de este modo esquivarán el descenso a Tercera División, donde ninguno de los dos quiere estar el curso que viene. Tanto Peña como Formentera han sumado un punto esta jornada, los de Santa Eulària en Sabadell y los de Sant Francesc en casa ante el Cornellá. A los primeros les ha sabido a poco después de haber llegado al minuto 90 con ventaja en el marcador. A los segundos también, aunque en verdad el resultado sea un mal menor tras haber ido perdiendo durante muchos minutos.
Los empates se antojan insuficientes ante la necesidad real de ambos, aunque, por otro lado, siempre que se esquiva la derrota se gana la batalla a la depresión y las dudas. Ebro y Badalona asoman como próximos rivales en el calendario de formenterenses y peñistas, equipos relativamente asequibles ante los que deben empezar a sentar las bases de la permanencia.
El Formentera sigue sin ganar desde que ha empezado el año y eso ha hecho que la inmaculada primera vuelta que firmó el equipo haya quedado empañada. Además, se ha perdido un colchón de puntos que de no haber tenido, el equipo ya estaría desahuciado. Debe invertir esta racha cuanto antes, porque es insostenible en el tiempo. La dinámica de la Peña es opuesta. Tras un mal inicio, el conjunto parece haber tomado el pulso a la categoría y ofrece garantías de salir del pozo.
Badalona en casa y Deportivo Aragón fuera. En estos dos próximos partido se juega el grupo de Dani Mori buena parte de su futuro. La convicción de jugadores y cuerpo técnico de que la salvación es posible juega a su favor. Es una cuestión de fe, y en eso, por lo visto, nadie gana a una Peña por la que nadie daba un duro en la primera vuelta del torneo. La sangre fría determinará su porvenir.