La disfunción sexual femenina consiste en la alteración de alguna de las fases de la respuesta sexual de la mujer o situaciones en las que aparece dolor en la relación sexual. Además, suele aparecer malestar en la persona o crear problemas en la relación de pareja.
La disfunción sexual femenina es un problema que puede ser abordado conjuntamente desde la psicología y la fisioterapia, ya que, en muchas ocasiones, las pacientes acuden a la consulta de rehabilitación de suelo pélvico cuando su problema no es sólo físico, sino que tiene también un componente psicológico que de alguna manera influye en la disfunción sexual.
Psicólogos y Fisioterapeutas de Policlínica Nuestra Señora del Rosario trabajan conjuntamente para abordar patologías como vaginismo, dispareunia y anorgasmia.
¿Qué es el vaginismo? Consiste en un espasmo involuntario de la musculatura de la vagina, que imposibilita el coito o lo hace muy doloroso. Esta contracción muscular impide o dificulta la introducción del pene o cualquier otro objeto, con sus consiguientes consecuencias en la relación sexual. Esto no quiere decir que no haya excitación sexual, puede haber perfectamente un comportamiento sexual satisfactorio frente a caricias u otro tipo de estimulación que no sea intravaginal.
En casos de vaginismo leve se puede alcanzar el orgasmo con caricias y sin llegar a la penetración. Pero, a medida que el caso se agrava, puede incluso llegar a provocar miedo en la mujer con un rechazo total a la relación sexual, acompañado además de un trastorno de excitación.
Las causas del vaginismo pueden ser orgánicas y/o psicológicas. Por este motivo, se requiere una visión global del paciente y un abordaje multidisciplinar por parte del fisioterapeuta y del psicólogo.
Desde la fisioterapia, se aplican diferentes tratamientos que incluyen terapia manual, técnicas miofasciales, termoterapia profunda con diatermia, ejercicios pelvi-perineales, dilataciones vaginales progresivas y biofeedback negativo, con el fin de corregir estas contracciones musculares inadecuadas o hipertonía vaginal. Los fisioterapeutas se encargan de que el tratamiento sea sin dolor, facilitando la relajación muscular mediante un entrenamiento progresivo.
En lo que se refiere a la parte psicológica y sexológica de la paciente, se aborda la historia psicosexual, se realiza psicoeducación, terapia cognitivo-conductual y terapia sexual, potenciando la erotofilia, la permeabilización vaginal individual, la permeabilización vaginal en pareja y la capacitación coital.
¿Qué es la dispareunia? Se define como dolor perineal asociado al coito y que puede aparecer antes, durante o después de las relaciones sexuales. Suele provocar un trastorno que causa malestar e interfiere en las relaciones interpersonales de la paciente.
Este dolor puede localizarse en distintas zonas:
- Superficial, cuando aparece al inicio de la penetración y puede ser debido a un trauma obstétrico que curse con cicatriz como una episiotomía o desgarro.
- Vaginal, cuando el dolor se mantiene durante todo el coito debido a hipertonías musculares, inflamación o causas emocionales.
- Profundo, cuando aparece después del coito debido a distintas causas como endometriosis, mal posición uterina, histerectomías, inflamación abdominal o asociado a cesáreas.
En este caso, el psicólogo intentará mejorar la flexibilidad de la paciente con una entrevista psicosexual, cuestionarios de autorregistro, psicoeducación, técnicas de desensibilización sistemática in vivo y terapia sexual de corte cognitivo- conductual.
El tratamiento de fisioterapia en estos casos es muy sencillo gracias a las técnicas de masaje perineal, estiramientos de la musculatura afectada y aplicación de termoterapia profunda combinada con otras técnicas miofasciales que mejoran la flexibilidad y elasticidad de los tejidos.
¿Qué es la anorgasmia? Se define como una disminución o ausencia de sensibilidad, lo que provoca una disminución o ausencia del orgasmo. Esto desencadena un desinterés por el inicio de las relaciones sexuales.
Desde el punto de vista psicológico, la anorgasmia puede deberse a creencias, actitudes y/o prejuicios en torno a la sexualidad. En estos casos, el sexólogo puede eliminar o disminuir dichas creencias mediante psico-educación, además de enseñar diferentes técnicas de relajación y de estimulación que ayuden a mejorar los síntomas.
La fisioterapia busca mejorar y normalizar la función muscular, vascular y neurológica del suelo pélvico, haciendo que todos los tejidos y estructuras participantes en la función sexual se encuentren en condiciones óptimas. Para ello, se enseñan técnicas de propiocepción y potenciación del suelo pélvico, como ejercicios de Kegel o se pauta un tratamiento con masajeador personal y educación terapéutica.
Lo más importante, sea cual sea el problema, es una correcta valoración para poder establecer un diagnóstico y ver las diferentes alternativas de tratamiento que pueden existir en estos casos, teniendo en cuenta la importancia de un tratamiento multidisciplinar.
Por Sabrina Dengra (Fisioterapeuta de Suelo Pélvico) y Angélica Barrios (Psicóloga y Sexóloga).