@Noudiari / Ocho partido, 24 puntos en juego. Eso es lo que le queda a la Segunda División B, en la que los equipos pitiusos del Formentera y la Peña Deportiva agotan sus últimas opciones para conseguir la permanencia.
Calculadora en mano, los primeros podrían salvarse sumando la mitad o menos de los puntos que quedan en juego, mientras que el cuadro de Santa Eulària, con 30, dos menos que su vecino, necesitaría alrededor de 14 para seguir una campaña más en la categoría de bronce del balompié nacional.
Todo es posible, aunque a ambos les queda un esprint final en el que deben adelantar a varios rivales para no caer en el pozo de la Tercera División de la que proceden.
Tanto el juego de uno como de otros avala la posibilidad de la salvación. El Formentera ha jugado esta jornada un partidazo en el campo del líder, el Mallorca B, y solo el árbitro, que le ha anulado un gol legal por supuesto fuera de juego, le ha privado de la victoria.
Ha sumado al menos un punto el Formentera, un resultado que, seguramente, hubiera firmado ante de jugar pero que viendo el partido que ha cuajado no puede dar por bueno. También ha estado sensacional la Peña, que ha sumado sobre la bocina una victoria que le da oxígeno frente al Hércules de Alicante.
El triunfo de los peñistas ha llegado de la misma manera que ha perdido muchos puntos, en los últimos instantes. Esta vez de penalti, obra de Salinas, que se ha estrenado en su regreso al club de Santa Eulària.
Esperanza
El juego, la capacidad de entrega y la ambición de los Peña y Formentera invitan a la esperanza. Por delante queda un calendario complicado para los dos, empezando por la próxima jornada, en la que los primeros visitan al Baleares, también con el agua al cuello, mientras que los segundos reciben en casa al Valencia Mestalla, que este domingo ha sido capaz de doblegar al segundo clasificado, el Villarreal.
Lleida, Saguntino, Elche, Ontinyent, Olot, Llagostera, Sabadell, Alcoyano, entre otros, son algunos de los exigentes rivales que les quedan a ambos hasta el final. A pesar de la mayor experiencia de los clubes a los que tanto los formenterenses como los peñistas deben enfrentarse hasta el final, si su juego sigue por el camino de las últimas jornadas, a poco que la suerte acompañe, el propósito de la permanencia podría ser una realidad dentro de ocho semanas.