@Luciana Aversa/El Ayuntamiento de Sant Josep ha comenzado a desmantelar la desaladora de ses Eres, considerado un «atentado ecológico continuado», según el representante de la Alianza por el Agua, Rafael Tur, que ha asistido a la presentación de las obras junto al alcalde, Josep Marí Ribas, el concejal de Urbanismo y Agua, Ángel Luis Guerrero, y el responsable de Aqualia, Eduardo del Castillo.
«Ahora viene el trabajo de intentar regenerar el acuífero sobreexplotado para intentar recuperar ese expolio que hemos hecho durante 50 años. Es uno de los acuíferos más importantes y está absolutamente salinizado», ha añadido Tur, sobre el acuífero de sa Serra Grossa del que se abastecía la planta.
La instalación dejó de estar en funcionamiento en septiembre de 2016, después de la interconexión de las desaladoras que permite llevar agua de calidad a Sant Jordi y Platja d’en Bossa, y que próximamente llegará a Sant Josep.
Sin embargo, «no estaba desmantelada y se mantenía en reserva, lo que significaba que se podía volver a poner en marcha», ha añadido Rafael Tur, que ha recordado que «sacaba 400 toneladas de agua y tiraba 200 de salmorra al alcantarillado, un absoluto despropósito». «Lo importante es que esto es historia y no se volverá a repetir», ha remarcado el también presidente de la Asociación de Vecinos des Rafael Trobat, agrupación vecinal de la zona rural donde se ubica la infraestructura.
Por su parte, el alcalde, José Marí Ribas, ha destacado que «la presencia de esta desaladora significaba seguir persistiendo en un atentando y en una práctica que estaba fuera de toda lógica». Aún así, el primer edil ha recordado que Sant Josep no tenía «agua de ningún otro lado» y tenía que dar servicio a la población mientras las conexiones con las desaladoras todavía no estaban hechas.
«Que podamos celebrar hoy que la desmantelamos es una satisfacción importantísima», ha remarcado Ribas, que ha señalado que ahora se puede «garantizar a la gente afectada por el acuífero de sa Serra Grossa que no volveremos a persistir en este atentado».
1,5 millones de toneladas
Marí ha detallado que desde que se cerró la planta en 2016 «se dejaron de extraer 1,5 millones de toneladas de agua de este pozo y se han ahorrado más de 250.000 euros de energía eléctrica de lo que consumía esta instalación».
Según el concejal Ángel Luís Guerrero, este volumen de agua equivale aproximadamente al consumo anual de todo Platja d’en Bossa y buena parte de Sant Jordi, que ahora reciben agua desalinizada.
Las obras tendrán un coste de 41.000 euros, serán ejecutadas por Aqualia y tendrán un plazo de tres meses.